María Blanco
El pasado jueves, Steffen Kampeter, secretario de Estado del Ministerio de Finanzas alemán, pronunció una conferencia con el ambicioso y sonoro título The future of Europe and the challenges ahead.
Lo más destacable del conferenciante: su habilidad para comunicar, su inglés fluido, su espontaneidad, credibilidad, saber estar... No pude evitar comparar con nuestro José Manuel Campa y el resultado era para llorar.
Sus mensajes fueron claros, tanto los expresados como los que se deducen de una lectura entre líneas. En primer lugar: el euro es menos importante que la Unión Europea. La moneda única es solamente uno de los beneficios que los miembros no solamente de la Unión Europea, sino de toda la zona euro, disfrutan. El valor de la Unión Europea reside en dos cuestiones mucho más relevantes: paz y libertad. Y a continuación Kampeter desglosó las razones por las que afirmaba que la Unión Europea es la responsable de ambas cosas.
En primer lugar, a partir del siglo XX, la paz europea nunca fue tan duradera como desde la creación de la Comunidad Europea, primero, y la UE después. Y aludió a las dos guerras mundiales que, como alemán, sabía de sobra lo destructivas que son y lo que han marcado las generaciones de sus padres y sus abuelos. En segundo lugar, la Unión Europea ha sido la garantía de libertad de los países miembros, y como alemán sabe que los vecinos de la Alemania comunista valoran el significado de la palabra libertad y han padecido la ausencia de ella durante muchos años. La libertad y unificación alemanas son uno de los frutos de la Unión Europea. Como ejemplos de esta libertad destacó la libertad de expresión, el libre movimiento de personas y la libertad de actividad económica en los territorios pertenecientes a la UE.
Hasta aquí, cualquiera diría que se trataba de un miembro del gobierno alemán que marca las condiciones de los préstamos y que lidera de alguna manera junto a Francia la marcha económica de la UE, le pese a quien le pese. Pero el mensaje no explícito, la conclusión que saqué de este discurso es ¿qué necesidad tenía de justificar la existencia de la Unión Europea como garante de la paz y la libertad y demostrar con tanto denuedo su vigencia? La respuesta me la dio la segunda parte de la conferencia: ¿qué hacer con el "problema griego"? Grecia no puede salir de la Unión Europea, debe tomar las medidas necesarias y cuanto antes mejor, y si Papandreou no está dispuesto a hacerlo, caerá, y el nuevo gobierno sí será capaz. Todo esto lo dijo la misma tarde que Papandreou se echó atrás respecto al referéndum y se comprometió a retirarlo si la mayoría de los parlamentarios estaban en contra. Curiosamente el domingo Papandreou anunció que renunciará en cuanto haya acuerdo sobre cuál será la coalición que gobernará el país.
La crisis que nos está vapuleando se superará con un euro protegido por todos los miembros y se hará lo que sea necesario para que así sea.
¿No plantea esta afirmación tan rotunda un problema de incompatibilidad entre la tajante estrategia europea y la soberanía de las diferentes naciones? Pues sorprendentemente para Kampeter no existe tal problema, sino que se complementan, la soberanía de las naciones se ve reforzada por la pertenencia a la UE. Cada nación debe actuar con "responsabilidad nacional" y elegir la opción europea. ¿Cómo no hacerlo si es la garantía de paz y libertad de los países miembros? Y ahí estaba el razonamiento trampa. Cualquiera que elija una opción que no sea la comunitaria está eligiendo un mundo en el que no está asegurada la paz y la libertad. Y en ese caso, que cada palo aguante su vela.
En el turno de preguntas, como no podía ser de otra manera, algún incauto le preguntó qué percepción existe en Alemania y en las autoridades europeas respecto a las elecciones del 20N españolas, al comportamiento de Zapatero ante la crisis y ante el posible recambio electoral. Con su diplomacia habitual, el secretario de Estado alemán explicó que nadie es quién para juzgar a nadie, que los españoles son los más indicados para evaluar la gestión de la crisis por el presidente, y que espera que actuemos con "responsabilidad nacional" y sabiendo que lo que se decida ese día no solamente afectará a España sino que es relevante para el resto de los países, ya que la evolución de la economía europea está íntimamente ligada al comportamiento de la economía española. Y lo dijo con mirada cómplice picarona de "ustedes sabrán lo que hacen, se la juegan". Y tiene razón ¿qué partido será más capaz de tomar las medidas necesarias? ¿saben cuáles son esas medidas? Porque no vale con decir que hay que sacar la tijera, hay que saber dónde se mete primero, hay que capear el temporal del saneamiento en una economía ya muy deteriorada y con un nivel de desempleo insoportable. Ninguno de los partidos (excepto los que nada se juegan) pueden prometer recortes en temas sensibles porque serían acusados por el otro. Pero ¿cuál será capaz de saltarse el programa electoral para hacer lo que hay que hacer?
En mi opinión, ya está pactado. Las reuniones que Kampeter ha tenido con líderes de los dos partidos mayoritarios me dan qué pensar. Me da la impresión de que la suerte está echada... y aún no se han celebrado las elecciones.
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