12 noviembre, 2011

Mirando fijamente las “Imágenes del futuro socialista”

Por Art Carden.

Los socialistas generalmente han tratado de hacer dos cosas: destronar y matar a Dios para poder exaltar al Pueblo o al Estado y derogar las leyes de la economía. Aprovecharon la oportunidad en el siglo XX, denunciando a Dios como “el opio de las masas” y denunciando las leyes de la economía como particulares e históricamente únicos artefactos de las condiciones particulares de la producción bajo el capitalismo. Denunciaban ambos como invenciones de apologistas lacayos de la burguesía. En el siglo XX, los socialistas (y los estatistas de variedades menos extremas) tuvieron la oportunidad de implantar su visión y dejaron una pila de cadáveres de unos 260 millones de cuerpos.

La tragedia del siglo XX es aún más notable por el hecho de que alguna gente entendió, predijo y advirtió que esta brutalidad es esencial en un mundo en el que los medios de producción son propiedad del estado. En su novela distópica Imágenes del futuro socialista, el libertario alemán Eugen Richter predijo con extraña (y deprimente) precisión cómo el socialismo, que prometía prosperidad y paz, en su lugar traería pobreza y guerra.


El libro es aún más notable porque fue escrito en 1893. El Instituto Ludwig von Mises (para el que escribo y trabajo de vez en cuando) acaba de publicar una nueva edición, con un excelente prólogo de Bryan Caplan, que puede descargarse gratis. La reaparición del libro es especialmente oportuna porque hay un movimiento en marcha para acabar socializando la sanidad en Estados Unidos y países como Grecia están descubriendo que la factura de la socialización a gran escala debe acabar pagándose.

En un libro muy breve de 2009, el filósofo político G.A. Cohen pregunta ¿Por qué no el socialismo? Richter ofrece una respuesta única (y profética, dado que se escribió unas dos décadas y media antes de la Revolución Bochevique) a la pregunta de Cohen que también complementa explicaciones alternativas de fracasos y errores del socialismo. En su prólogo y en un reciente podcast en EconTalk, Caplan resume las explicaciones ofrecidas por Lord Acton (el poder corrompe) y F.A. Hayek (el poder político significa que la peor gente asciende a lo más alto). Como apunta Caplan, la tesis de Richter es que el socialismo era malvado desde el principio.

La historia del socialismo no es una historia de idealistas que resultaban creer en un sistema inherentemente disfuncional e irracional o cuyos planes benevolentes y cuidadosamente establecidos echaron a perder personas malas que traicionaron a la revolución. He aquí a Caplan: “Aunque los primeros socialistas eran realmente ‘idealistas’, su ideal era el totalitarismo” (p. ix). Resultaba que su ideal totalitario era también inherentemente disfuncional e irracional. Si sus revoluciones se vieron traicionadas, fueron traiciones de locos, asesinos y megalómanos por parte de otros locos, asesinos y megalómanos.

Imágenes del futuro socialista se presenta como un diario de un partidario de la revolución socialista en Alemania que acaba viendo los horrores que ha escrito. Es arrogante al principio, aplaudiendo la expropiación, aprobando el uso de la fuerza para impedir la emigración, asintiendo a la reasignación de la gente a nuevas tareas y asegurando a los dudosos que el paraíso está a la vuelta de la esquina. La sociedad decae siguiendo una serie de márgenes ya que se desarrolla la escasez, se erosiona la riqueza restante de la civilización capitalista y tanto las fuerzas militares como policiales crecen ominosamente en cada capítulo.

Richter también muestra cómo la propiedad privada y la libertad personal están inextricablemente unidas en sus explicaciones de la religión, el arte, los medios de comunicación y los disidentes. Parafraseándole: ¿Puede la “libertad de religión” significar algo si el estado posee todos los edificios y no puede usarse ninguna propiedad pública para fines religiosos? ¿Puede la libertad de reunión significar algo cuando el gobierno posee todos los lugares de reunión? ¿Puede la libertad de expresión y de prensa significar algo cuando el gobierno posee todos los puntos de venta oficiales de medios, así como los medios para producir noticias y comentarios? ¿Puede durar mucho la libertad artística cuando el estado es dueño de Teatros, lienzos, pintura, plumas y papel? ¿Puedes decir la verdad al poder cuando el estado elige tu trabajo y te dice dónde vivir?

Es conocido que Milton Friedman dijo que la libertad económica es una condición necesaria para la libertad política. Richter nos muestra que es asimismo una condición necesaria para la libertad personal, religiosa y artística.

Es más que una discusión académica. Las consecuencias humanas del socialismo (y del estatismo más en general) son mareantes y nuestra responsabilidad para con nuestros hijos y nietos es muy real.

De hecho, he dicho a alumnos y amigos que deberían leer Camino de servidumbre como si la vida de sus hijos dependiera de ello. Diría lo mismo acerca de Imágenes del futuro socialista.

Mientras escribo esto, mi hija recién nacida y mi hijo de dos años están dormidos. Por su bien, solo puedo esperar que aprendan de las trágicas lecciones del siglo XX.

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