27 diciembre, 2011

Este año

El Presidente consiguió algo inédito: correr a un embajador de Estados Unidos. Recordemos que antes ocurría lo contrario.

Leo Zuckermann Este año fue el de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, quienes se quedaron con las candidaturas de seis partidos para contender en la próxima elección presidencial de 2006. En el camino dejaron a dos políticos de gran peso: Manlio Fabio Beltrones y Marcelo Ebrard.
Este año fue el año de Javier Sicilia, quien conmovió al país. A raíz del secuestro y asesinato de su hijo, el activista formó un movimiento social que prendió en diversas regiones del país. La reunión que tuvo con el presidente Calderón en el Castillo de Chapultepec fue memorable. Logró algo importantísimo en la lucha en contra del crimen organizado: el compromiso de ponerles nombre, rostro y voz a los miles de muertos víctimas de la violencia en México.


Este año el Presidente consiguió algo inédito: correr a un embajador de Estados Unidos. Recordemos que antes ocurría lo contrario: los embajadores estadunidenses eran los que tiraban a nuestros presidentes. El asunto se propició por las críticas que hizo el embajador Carlos Pascual a la eficacia, lealtad y valentía del Ejército Mexicano que, según él, no hizo nada para detener a Arturo Beltrán Leyva con la información que les habían dado los estadunidenses. Calderón anunció que su gobierno le había perdido la confianza al embajador. Pascual tuvo que renunciar. El presidente Obama le aceptó la dimisión y nombraron a un nuevo embajador, Anthony Wayne, quien llegó a la embajada con un perfil bajo.
Este año el PRI arrasó en las elecciones que se realizaron en diversas entidades de la República. Sobresalió la elección de gobernador del Estado de México, donde el tricolor le ganó al segundo lugar (el PRD) por más de 40 puntos porcentuales.
Este año fue de Humberto Moreira. El ex gobernador de Coahuila llegó a la dirigencia nacional del PRI a tambor batiente con un estilo muy entrón. Sin embargo, meses después, Moreira cayó. Como gobernador, había endeudado a su estado de manera exorbitante y presuntamente falsificando documentos. El dirigente nacional se convirtió en el personaje perfecto para criticar al PRI como una réplica del “viejo PRI”. La situación de Moreira se volvió insostenible. Tuvo que renunciar demostrando un error del equipo de Peña Nieto al haberlo apoyado.
Este año el gobierno mexicano detuvo al ex presidente municipal de Tijuana, ex candidato a la gubernatura de Baja California por el PRI, Jorge Hank Rhon, por presunto acopio de armas exclusivas de las Fuerzas Armadas. A los pocos días, debido a que se había violado el debido proceso del político y empresario priista, tuvieron que liberarlo.
Este año un diputado se atrevió a acusar de alcohólico al presidente Calderón desde la tribuna del Congreso. La conductora del noticiero matutino de MVS, Carmen Aristegui, le dio vuelo a esta falacia. Una mentira porque no existe indicio alguno, ni una sola prueba, de que el Presidente tenga un problema de alcoholismo. Pero el asunto, que no merecía ni una línea ágata, se convirtió en un escándalo mayor. Más cuando MVS despidió a Aristegui. La periodista peleó por recuperar su espacio y lo logró.
Este año se firmó el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia. Se trata de un documento relevante que compromete a los medios en esta situación extraordinaria que estamos viviendo en México con respecto a la violencia. El Acuerdo es un ejercicio voluntario: un intento de autorregulación donde los medios se comprometen a “tomar postura en contra” de la violencia y la delincuencia organizada. Es un buen Acuerdo. La mayoría de los medios lo firmaron. Cuando termine el flagelo de la violencia, el Acuerdo se acaba y punto. O cuando alguien ya no quiere pertenecer a él, pues simplemente lo informa, y punto.
Este año fue la tragedia del Casino Royale de Monterrey. Un caso de extorsión que terminó en la muerte de 53 personas. El asunto destapó, también, la presunta corrupción del hermano del presidente municipal regiomontano con los casinos de aquella ciudad.
Este año la economía mexicana va a crecer cuatro por ciento. Nada mal si se toma en cuenta el contexto internacional: una Europa sumida en una profunda crisis de deuda que no ha podido resolver y un Estados Unidos entrampado en un crecimiento económico mediocre que no produce empleos. El que México sea una nación que esté creciendo y con poca inflación no es un dato menor que hay que descartar.
Este año se dio un enfrentamiento de campeonato entre el empresario más rico del mundo, Carlos Slim, y las dos televisoras más importantes del país: Televisa y TV Azteca. El primero tratando de proteger el cuasi-monopolio que tiene en la telefonía fija y móvil en México, pero con ganas de entrarle al mercado de la televisión abierta. Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas defendiendo el poder que tienen en la pantalla chica y tratando de entrarle al rentabilísimo negocio de la telefonía. La disputa terminó en la asociación de los archirrivales televisivos (Televisa y TV Azteca) en la empresa Iusacel para enfrentar a Telmex y Telcel de Slim.
Este año hubo diversas rebeliones en países autoritarios del mundo árabe. Todo comenzó en Túnez cuando un vendedor de frutas se inmoló. El descontento social rápidamente se propagó gracias a internet y la telefonía celular. El dictador tunecino, Ben Alí, cayó. Luego vino Egipto con un terrible problema de desempleo urbano. Comenzaron las protestas en las calles. Y Mubarak también cayó, como eventualmente lo hizo Gaddafi en Libia.
Este año Estados Unidos finalmente atrapó y mató a Osama bin Laden.
Este año, con estas historias y más, está terminando. Por lo pronto, este columnista tomará un par de semanas de vacaciones de tal suerte que Juegos de poder volverá a aparecer el martes 9 de enero. A todos los lectores, les deseo un magnífico 2012.

No hay comentarios.: