Masivas protestas en contra del gobierno por un supuesto fraude electoral se llevan a cabo en Rusia; Putin, acaso temiendo un contagio antes visto en la Primavera Árabe, acusa al gobierno de Estados Unidos de fomentar las protestas e influir en la política de su país
Ante la primera oleada masiva de descontento civil en sus más de diez años en el poder (haciendo un columpio con Medvedev), Vladimir Putin acusó a la secretaria de Estado Hillary Clinton de incitar las protestas en su contra que se esparcen por Moscú y otras ciudades de Rusia. Putin dijo que Clinton había envíado señales a “algunos actores [políticos] de nuestro país” después de las polémicas elecciones parlamentarias en las que venció marginalmente su partido Rusia Unida en el domingo pasado.
La prensa internacional y el gobierno de Estados Unidos sugieren que la reciente elección fue fraudulenta (incluso Gorbachev ha pedido una nueva elección); algo que miles de rusos han manifestado en una serie de protestas que tuvo este viernes su demostración más concurrida, con hasta 30 mil personas manifestándose en contra de Putin, pidiendo una nueva elección y quejándose por los arrestos que han sufrido algunos ciudadanos indignados.
Vladimir Putin ha dicho que cientos de millones de dólares de dinero extranjero han sido inyectados para influir en la política rusa y que la secretaria Clinton personalmente instigó a la acción civil. Los comentarios de Putin vienen en un punto bajo en las relaciones entra ambas potencias que se viene acarreando de la situación en Siria.
“Puse atención a la primera reacción de nuestos socios de Estados Unidos y la primera cosa que dijo la secretaria de Estado fue que [las elecciones] no fueron justas ni honestas, pero todavía ni siquiera recbía el material de los observadores”, dijo Putin según reporta el New York Times.
Pese a las acusaciones de fraude el partido de Putin no logró mantener las dos terceras partes de mayoría que tenía en el Parlamento –aunque si mantuvo una mayoría parcial.
Según el New York Times, el gobierno ruso teme que las protestas se extiendan como ha sucedido en la Primavera Árabe y por lo tanto ha desplegado un contingente policial y legiones de jóvenes pro-Putin para ocupar las plazas públicas de la capital. Sin embargo, sí permitió la protesta masiva –inusitadamente protagonizada por la clase media– de este viernes, que tal vez haya sido la más multitudinaria desde la caída del comunismo.
Por otro lado las infaltables provocateurs de Femen se manifestaron topless en Moscú pidiendo que el “Zar” Putin abdicara de su puesto (se espera que Putin se postule por tercera vez a la presidencia en el 2012, esta vez intercambiándose con Medvedev quien sería el primer ministro).
Clinton dijo, reptiendo la misma retórica (seudo)democrática que Estados Unidos emplea para intervenir en procesos políticos ajenos, que “Estados Unidos y muchos otros en el mundo tienen un fuerte compromiso con la democracia y los derechos humanos. Es parte de quiénes somos. De nuestros valores. Expresamos nuestra preocupación, la cual pensamos estaba fundamentada, sobre lo ocurrido en las elecciones. Y apoyamos los derechos y las aspiraciones de los rusos de progresar y forjar un mejore futuro”.
La relación entre Rusia y Estados Unidos había sufrido un percance cuando el Kremlin se negó a aplicar un embargo armamenticio a Siria, con quien tiene un contrato de 3, 500 millones de dólares para suministrar armas. Estados Unidos y Gran Bretaña consideran que el presidente de Siria Bashar Assad debe de dejar su cargo ya que, de manera similar a Gadafi, supuestamente oprime a su propio pueblo y es responsable de miles de muertes.
El periodista conspiracional Websetr Tarpley, desde Damasco, ha dicho que existe una operación conjunta entre agencias de inteligencia británicas, israelíes y estadounidenses para desestabilizar Siria y esparcir el descontento civil, una operación de infiltración que presuntamente antes ya ha sido observada en otros países árabes. Esto ha llevado a que algunos sitios de conspiración vean el albor de un conflicto armado de escala global, la mítica Tercera Guerra Mundial, inmiscuyendo a China vía Irán, algo que parece completamente desproporcionado. Aunque esto nos da la pauta para recordar a William Burroughs, que en un diálogo con Corso y Ginsberg dijo:
“Los conflictos políticos son meras manifestaciones superficiales. Si los conflictos surgen puedes estar seguro que ciertos poderes intentan mantener el conflicto operando ya que esperan beneficiarse de la situación. Preocuparte por los conflictos políticos de la superficie es hacer el mismo error que el toro en la plaza, estas embistiendo el capote. Para esto está la política, para enseñarte el capote. Igual que el torero le enseña al toro, le enseña a seguirlo, a obedecer el capote”.
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