03 enero, 2012

Bogotá, prohibido portar armas

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El golpe inaugural del alcalde. De 51 años de edad, ex integrante del movimiento guerrillero M-19, Gustavo Petro es desde el domingo el alcalde número 83 de Bogotá, la capital de Colombia. Durante su discurso de arranque de gobierno, Petro anunció que “como jefe de la policía que es el alcalde de acuerdo con la constitución, se prohíbe el porte de armas las 24 horas en la ciudad”. El aplauso ante la medida fue generalizado. Varios de sus antecesores habían intentado reducir el número de armas que circulan en esa capital. Pero junto con los vítores han surgido dudas sobre si en realidad Petro tiene atribuciones para decretar esa medida y, al final de cuentas, si esa resolución ayudará a bajar la incidencia de asesinatos en la ciudad capital.


"No se está prohibiendo la tenencia de armas, que la ley autoriza. Lo que no se permitirá es que las porten en discotecas, buses y bares, para que se maten unos con otros. Queremos que Bogotá sea un espacio libre de armas", explicó el alcalde según el reporte de El Tiempo.
Sin embargo, el nuevo alcalde tendrá que vencer obstáculos legales y otras resistencias. Según la ley actual, la regulación para portar armas le compete a las autoridades de seguridad, en este caso al comandante de la Brigada XIII de la ciudad.
La prensa colombiana ayer apuntaba que si bien muchos vieron la medida como positiva, "otros, como el ex secretario de gobierno Héctor Riveros, aseguraron que la prohibición es 'ilegal' porque el Alcalde Mayor no tiene facultades para decretarla. "Es un debate viejo en la ciudad, un debate de naturaleza jurídica que desafortunadamente digo yo, los alcaldes han ido perdiendo porque es una facultad que la ley le otorga a los comandantes de brigadas. El Ejército no ha permitido trasladar esa competencia a los alcaldes", dijo Riveros a 'La W' y subrayó que ya administraciones anteriores han intentado, sin éxito, hacerlo".
Uno de esos intentos infructuosos lo llevó a cabo Antanas Mockus en su primer gestión como alcalde bogotano (1995-1997). Entonces, iniciales restricciones provocaron "una reducción de homicidios del 14 por ciento. Los resultados positivos de estas medidas, motivaron a Mockus a enfrascarse en una dura e infructuosa pelea con el Ministro de la Defensa de la época para que autorizara la suspensión de salvoconductos a particulares”, según un reporte de Semana de marzo de 2006, publicado cuando otro alcalde (Lucho Garzón), también pretendió limitar la portación de armas. El mismo artículo señala que “los estudios con los que cuenta la Alcaldía de Bogotá, muestran que de cada 100 armas que circulan en la sociedad, unas 15 son legales y 85 sin salvoconducto”.
Hace un año, El Espectador sostenía que “en Colombia nadie sabe con certeza cuántas armas realmente circulan en la sociedad (…) la Oficina de Control de Armas del Ministerio de Defensa sabe que ha autorizado la existencia de 1,280,000 armas durante los 50 años de existencia. De esas, 825 mil están en poder de ciudadanos particulares, y las demás se reparten entre los organismos de seguridad del Estado, los departamentos de seguridad y empresas de vigilancia privadas”, exponía el año pasado El Espectador en un artículo de enero 10 de 2011. Sin embargo, Caracol exponía la gravedad del asunto al consignar que el ex vicecanciller Camilo Reyes, director del Observatorio de armas ligeras y pequeñas de municiones y explosivos de la Universidad del Rosario, señalaba que "Las estadísticas que tenemos nos indican que hay aproximadamente un millón 800 mil armas legales y las ilegales oscilan ente dos millones y cuatro".
Un último dato: las armas de fuego están involucradas en alrededor de 80 por ciento de los homicidios en Colombia.
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Camila hace balance de su gestión. La ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile concedió al diario Las Ultimas Noticias una entrevista donde resume lo que le tocó vivir el año pasado, cuando encabezó el movimiento por la reforma educativa en Chile. Aquí el reporte que hace elmostrador.cl:
Una de sus mayores satisfacciones: "haber logrado, junto a los demás dirigentes estudiantiles, congregar a cerca de 800.000 personas en un multitudinario acto efectuado en el Parque O’Higgins.
No nos esperábamos a tantas familias unidas por una causa. Fue una inyección de moral extra”, dijo, enfatizando que “no se veía en la historia reciente del país tanta gente en la calle, afectó el corazón del sistema. La gente ya no cree en la política de acuerdos a puertas cerradas, sino en la cara de la ciudadanía. Rechaza la usura, el lucro en exceso y eso es muy bueno, hace despertar las conciencias”.

Uno de los momentos más difíciles: “El encuentro con el Presidente fue triste e ingrato, también la última reunión con Bulnes (ex ministro de Educación)”, dijo Vallejo, reconociendo que “me sentí muy afectada (...) Era la última oportunidad que había para avanzar con el Ejecutivo y no estaban las condiciones. Pensé incluso si debíamos seguir movilizados. Fue un golpe triste. Ni siquiera sentí tanta tristeza por mi pérdida en la elección de la FECH, sino que cuando se quebró la mesa con el gobierno”.

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Funes, palabras que no son hechos. El sitio elfaro.net recordaba ayer que el presidente Mauricio Funes alguna vez dijo que "si no se permite al profesional de prensa el acceso a las fuentes informativas, de hecho se le está negando al pueblo un derecho esencial". El Faro ha encontrado que una cosa son los dichos y otra los hechos del mandatario salvadoreño. Ese diario digital "solicitó por escrito el 5 de octubre pasado a tres fuentes informativas distintas del gobierno de Mauricio Funes, que informaran a este periódico sobre el gasto publicitario de esta administración. Después de casi dos meses sin que las fuentes informativas atendieran la petición, el 30 de noviembre El Faro agregó a la lista de emplazados al mismo presidente Funes. Durante un mes, su respuesta ha sido el silencio. Un silencio que contrasta con aquella sentencia que él mismo mandó publicar en un campo pagado en La Prensa Gráfica del 31 de julio de 2009, a propósito del Día del Periodista, en la que con dos meses en el cargo prometía desterrar el secreto con que las administraciones anteriores habían manejado las cuentas de publicidad del gobierno: "Las puertas de mi gobierno que llevan a la información estarán siempre abiertas de par en par."

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