Por James E. Miller.
Al contrario que la mayoría de nosotros
que levamos vidas relativamente aburridas, Kim Kardashian se ha labrado la vida
vendiendo al público su visión propia y personal de sus romances privados.
Estos incluían recientemente el rumor de una falsa boda con la superestrella de
la NBA, Kris Humphries, que se esfumó en solo tres días pero dio
millones a la estrella de los realities.
No obstante, el éxito financiero de
Ms. Kardashian no ha sido bien acogido por nadie. Según el Wall
Street Journal, un grupo activista compuesto de intereses sindicales y
políticos de izquierdas ha empezado una campaña para reclamar un aumento en los
impuestos a los millonarios de California y se ha fijado directamente en Kardashian.
Titulándose a sí mismos como la “Campaña del Coraje”, esta asociación se dedica
a “promover un cambio progresivo y la completa igualdad en California y todo el
país”. Además de su sitio web TaxKimK.com, el
grupo ha creado un video
para promocionar su programa. El vídeo afirma que Ms. Kardashian ganó más de
12 millones de dólares en 2010 y solo pagó un 10,3% en impuestos. Es solo un
“1% más” que el 9,3% que pagan los californianos de “clase media”.
Como hambrientos tiburones al olor
de la sangre, la Campaña del Coraje ha puesto sus ojos en más rentas maduras
para el saqueo mediante impuestos. Su objetivo es aumentar el impuesto a los millonarios del
Estado Dorado del 10,3% al 13,3% para rentas por encima de un millón de dólares
y al 15,3% para rentas por encima de los dos millones. Añadido al terrible
clima empresarial de California, este impuesto proporcionará indudablemente
más de un incentivo a los Atlas a realizar la proverbial rebelión y a escapar
de la excesiva y sobrecargada regulación pública.
El que estemos o no de acuerdo con
el tipo de vida que lleva Kim Kardashian es en definitiva una cuestión de
moralidad y ética. Sin embargo, su capacidad de atraer fans y recompensas
monetarias es algo digno de admiración. Al contrario que el gobierno, Kardashian
no obliga a nadie a comprar los productos que promociona, ver sus apariciones
en televisión, acudir a su fiesta
de cumpleaños o cubrir sus hazañas en distintas publicaciones. Lo que
entrega en términos de vida privada le ha proporcionado a ella y a su familia
un nivel de vida confortable financieramente.
Pero al igual que la importante
lección de Frédéric Bastiat respecto de considerar lo que no se ve en
asuntos económicos, la historia de Kardashian va mucho más allá de los millones
que ingresa cada año. En The
Anti-Capitalist Mentality, Mises escribe de la importancia del capital
y el ahorro:
La única fuente de generación de
bienes adicionales de capital es el ahorro. Si se consumieran todos los bienes
producidos, no habría nuevo capital. Pero si el consumo queda por detrás de la
producción y el exceso de bienes recién producidos respecto de los bienes
consumidos se utiliza para procesos posteriores de producción, estos procesos
se llevan a cabo a partir de entonces con la ayuda de más bienes de capital.
(…) El capital no es un don gracioso de Dios o de la naturaleza. Es el
resultado de una restricción prudente del consumo por parte del hombre. Se crea
y aumenta por el ahorro y se mantienen por la abstención a desahorrar.
A partir de la teoría de la
utilidad marginal decreciente, sabemos que los que tienen más rentas están en
mejor disposición para aumentar sus ahorros. El dinero, además de ser un
producto, actúa como unidad de intercambio. Cuanto más dinero acumule uno, más
bienes y servicios podrá comprar. Como las demandas se atienden con
valoraciones individuales de prioridades, resulta factible para rentas de este
tipo retrasar la demanda inmediata en favor del consumo futuro.
El acto de ahorrar al tiempo impide
el consumo futuro y, cuando se deja en un banco o institución financiera, se
añade a la cantidad de fondos disponibles para ser prestados a aspirantes a
emprendedor. Con más fondos disponibles, pueden buscarse métodos de producción
a más largo plazo y mejores para aumentar la oferta de bienes de consumo. En
una economía no sujeta a una devaluación continua del dinero e inflación
mediante un banco central, se permite que los precios caigan, aumentando así la
renta real de los consumidores.
Las estrellas de los realities como
Kim Kardashian ayudan a este proceso, ya que su capacidad de generar ingresos
les permite apartar más renta. Esta acumulación de ahorro deja más dinero a
invertir en capital base, lo que aumenta la capacidad productiva de la
economía. No es economía del lado de la oferta: es un simple reconocimiento de
la escasez que domina nuestro mundo.
La gente debería recelar siempre de
los motivos de quienes usan palabras cargadas emocionalmente como “atención
sanitaria a los niños” y “trabajos de la clase media” para defender mayores
impuestos. Su objetivo no suele ser el admitido sino enriquecer sus propios
fines. La Campaña del Coraje se asocia con muchos sindicatos de California:
solo tiene sentido que pidan aumentos en los impuestos. Más dinero en las arcas
del estado significa más fondos fiscales a derrochar en un sector público ya hinchado.
Y como apunta
el economista David Henderson, incluso las matemáticas de la Campaña del Coraje
son falsas. Si Kardashian realmente gana 12 millones de dólares al año, paga en
torno a 1,2 millones en impuesto de la renta, comparados con los 2.000$ que
paga una familia californiana de clase media con una renta de 47.000$. La
diferencia entre 2.000$ y 1,2 millones difícilmente es la estadística del “1%
más” que se presenta.
En lugar de generar riqueza real,
la Campaña del Coraje quiere que se confisque más dinero a los miembros
productivos del estado y se les dé a los burócratas para repartirlo como les
parezca. Pero la clase política nunca será capaz del tipo de cálculo económico
dirigido por la eficiencia que deben utilizar los individuos privados cuando se
ven limitados a su renta ganada a través de medios voluntarios. Si California
quiere mejorar alguna vez su economía, deben recortarse significativamente
tanto los impuestos como el gasto en el sector público. Esto a su vez libera
más dinero para el sector privado para crear empleos para atender la demanda.
No debería verse al gobierno como un creador de empleo, sino más bien como la
institución parasitaria que es. Para mejorar realmente las vidas de sus
ciudadanos, California debe atraer personas de éxito como Kim Kardashian, no
asustarlas con la amenaza de más robos.
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