Por José Ignacio Moreno León
El caso de las dos Alemanias que
resultaron de la división de ese país, luego de su derrota en la segunda
Guerra Mundial, ilustra cómo el autoritarismo comunista y su esquema de
socialismo real en lo económico llevó a la Alemania del Este al
colapso.
Mientras la Alemania Occidental, y
realmente democrática, impulsó un sostenido desarrollo bajo el Sistema
de Economía Social de Mercado, el cual ha permitido que esa nación,
nuevamente unificada, sea la pujante potencia económica de la Unión
Europea. Pero el ejemplo de más actualidad es el de las dos Coreas, como
la demostración más evidente del fracaso histórico del
comunismo y el socialismo real en la Corea del Norte, frente a una Corea
del Sur, democrática y con un sistema de economía de mercado en un
avanzado estado de desarrollo.
La Corea del Norte, desde sus orígenes
se ha mantenido bajo un férreo régimen dictatorial militarista, al
frente del cual estuvo durante 48 años, hasta su muerte en 1994, Kim
II-sung, cuyo hijo Kim Jong-il, quien lo sucedió, igualmente continuó un
despiadado militarismo, con la misma orientación marxista-leninista de
economía centralmente planificada y de culto extremo a su personalidad. A
raíz de su muerte, el pasado diciembre, Kim fue sucedido por su tercer
hijo Kim Jong.un, con las intenciones de mantener la misma satrapía
militar comunista que ha sumido en el oscurantismo, el aislacionismo, la
miseria y la hambruna a ese pobre país, en cuyas cárceles y campos de
concentración hay cerca de 200 mil internos y en el que se estima que
como consecuencia de la hambruna, han muerto entre 600 mil a un millón
de personas; mientras los jerarcas del régimen se jactan de tener el
cuarto ejército más grande del mundo y el primer en gasto militar
respecto al PIB.
Al sur del histórico Paralelo 38 de la
Península se aprecia la otra cara de Corea, la República de Corea del
Sur que en sus comienzos también estuvo regido por sucesivos gobiernos
autoritarios, pero que impulsaron un modelo capitalista de desarrollismo
autoritario y cambios fundamentales en el sistema educativo, como
soporte a la estrategia de desarrollo y herramienta de ascenso social.
Se logró la industrialización y modernización de la economía con visión
exportadora e importante participación del sector privado, pero con
fuerte tutelaje e intervencionismo estatal (control de precios,
expropiaciones sin indemnización, sobre explotación de la clase obrera y
represión de sus organizaciones). A pesar de estos avances en lo
económico, los regímenes militares tuvieron que ceder a la creciente
presión por la libertad y la democracia, especialmente de movimientos
estudiantiles, las iglesias y los trabajadores. A finales de la década
de los 80, luego de sangrientos enfrentamientos, la sociedad sur coreana
logró deslastrarse de la dictadura castrense que había mantenido
secuestradas, por más de tres décadas, las libertades públicas y la
institucionalidad democrática. Kim Young-Sam, el primer presidente
civil, electo democráticamente, luego de más de tres décadas de
autoritarismo militar, acentuó el proceso de desarrollo y la inserción
del país en la economía global, impulsando la institucionalización de la
democracia, con avances en la lucha contra la corrupción, un mal
característico de los anteriores gobernantes militaristas, cuyos dos
predecesores y otros trece generales vinculados al antiguo régimen
fueron enjuiciados por actos corruptos. Pero el verdadero cambio hacia
la modernización política del país, lo representó el triunfo de Roh
Moo-hyun, en las elecciones de 2002, un joven político, sin los vicios
de la vieja escuela, el cual fortaleció la democracia participativa y
pluralista y continuó la política de crecimiento económico, con énfasis
en la diversificación y en el esfuerzo exportador y con mayor sentido
social, que ha sido continuada por el actual presidente Lee Myung bak,
electo en 2008.
Hoy en día Corea del Sur, un pequeño
país de 48,6 millones de habitantes, es la 15 economía mundial y ocupa
el lugar 31 entre los países de mayor PIB per cápita (US$20.499) y el
puesto doce entre los de mayor desarrollo humano. Su sistema
educativo es altamente eficiente, con cobertura total, a nivel de la
asistencia a la primaria y un ingreso cercano a 50% a la educación
superior. El país tiene 211 universidades, 78% privadas y tres de ellas
se ubican entre las 200 más reconocidas del planeta, con un
extraordinario desarrollo científico y tecnológico que le permitió al
país en 2008 registrar más de 80 mil patentes, cuando para esa fecha, el
país latinoamericano que más patentes registró fue Brasil, con sólo
582.
Las lecciones contrastantes de la
historia y sistemas políticos y económicos de las dos Coreas nos
permiten concluir que los regímenes autoritarios militaristas y
personalistas, en su empeño por imponer a sus países sistemas
marxistas-leninistas o del socialismo real, sólo han sembrado en esos
pueblos la miseria y la pérdida de la libertad. Como en el caso de las
primeras décadas de Corea del Sur, el autoritarismo militarista, a pesar
de que pueda impulsar el desarrollo económico con una visión
capitalista, pero con fuerte intervencionismo estatal, no puede
mantenerse frente a los reclamos por la libertad y la democracia, que
son fundamentales para lograr el desarrollo pleno y con sentido de
justicia y equidad social.
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