Por Iván Cachanosky
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina (INDEC) publicó el 13 de enero la inflación correspondiente al 2011 de Argentina.
Según el INDEC, la inflación fue de 9,5% anual. Si bien la definición
de inflación puede diferir de un autor a otro, lo que las cifras del
INDEC revelan es el aumento de precios, con lo cual se analizará la
inflación como el aumento generalizado de los precios. El problema con
esta definición es que, si la oferta y la demanda de dinero crecen en
proporciones iguales nada se modifica. Habrá precios más altos pero la
gente seguirá comprando la misma cantidad de bienes.1
Sin embargo, como se mencionó, para este análisis se tomará la
definición de “aumento generalizado de los precios”, ya que se estudiará
la evolución de los precios.
Por otra parte, las consultoras privadas,2
brindan otros números de inflación mayores a los que publica el INDEC.
Si comparamos la inflación que informa el gobierno con la de las
consultoras privadas y con la inflación de Venezuela, Colombia, Chile y
Brasil podemos observar el siguiente gráfico.
El objetivo de la comparación entre
estos países es mostrar el sendero que sigue América Latina, el camino
que adoptó Venezuela y analizar qué camino sigue Argentina, ya que
dependiendo cual inflación se crea verdadera se encuentra en un camino o
en otro.
Observando el gráfico, podemos ver que hay dos “realidades”, por un lado está la alta inflación de Venezuela,3 por el otro lado, el resto de los países por debajo del 10% de inflación.4
En segundo lugar, se puede observar, que si se toma en cuenta la
inflación de Argentina brindada por consultoras privadas hay una clara
tendencia a que se asemeje a la de Venezuela. Es decir, en cuanto a
inflación, América Latina se mantiene en una inflación menor a dos
dígitos, mientras que Argentina y Venezuela parecieran ir por otro
camino, el de la alta inflación.
Cabe aclarar que el hecho de que la mayoría de los países posean una inflación menor a la del 10% no quiere decir que sean un ejemplo a seguir, simplemente no es tan grave como el caso de Venezuela. Tener inflación, sea alta o no, no es recomendable para ningún país.
Cabe aclarar que el hecho de que la mayoría de los países posean una inflación menor a la del 10% no quiere decir que sean un ejemplo a seguir, simplemente no es tan grave como el caso de Venezuela. Tener inflación, sea alta o no, no es recomendable para ningún país.
Volviendo al caso argentino, debido a la
diferencia en los datos de inflación que brinda el gobierno con
respecto a las consultoras privadas se analizarán dos temas. En primer
lugar, mostrar porque los números que brindan las consultoras privadas
son más creíbles y, en segundo lugar, a raíz de dichos datos, analizar
si existen semejanzas entre Argentina y Venezuela.
Inflación argentina
Se podría objetar que Colombia, Chile y
Brasil, que son los otros países representados en el gráfico, pueden
estar distorsionando también sus datos. De ser así, también estarían
convergiendo hacia Venezuela. En ese caso, no sería Argentina el único
país con inflación alta. Es probable que existan distorsiones, sin
embargo, difícilmente en el grado que se presenta en Argentina. Una
prueba de ello es que el FMI pensó en sancionar a Argentina (y no al
resto de los países) por los métodos de medición que utiliza el INDEC.
Esta amenaza de sanción, daría un indicio de que Argentina distorsiona
los datos en una magnitud mayor que la de sus pares latinoamericanos, si
es que estos últimos lo están haciendo. Finalmente, el FMI decidió no
aplicar las sanciones. El único país advertido en Latinoamérica fue
Argentina.
Teniendo en cuenta este primer dato,
pareciera ofrecer más credibilidad la inflación que marcan las
consultoras privadas. Si se acepta el hecho de que Argentina posee una
inflación alta como marcan los entes privados, entonces los productos en
Argentina deberían ser más caros.
Para analizar si los productos tienden a
ser más caros en Argentina se puede comparar la evolución de los
precios con la evolución del tipo de cambio nominal y a su vez con el
saldo de cuenta corriente. Fijando el año 2003 como año base (año en que
asume Néstor Kirchner como presidente) se puede
comparar los 3 datos mencionados en un mismo gráfico. La inflación
tomada en el gráfico es la que publica el INDEC. Si se tomaran los datos
de las consultoras privadas se agrandaría aún más la brecha entre
inflación y el tipo de cambio nominal. Sin embargo se optará por tomar
las cifras oficiales para mostrar que ni aún así el “modelo” está siendo
consistente. El gráfico mostrará un claro deterioro del saldo de la
cuenta corriente.
Para comprender de todo el gráfico, es
importante distinguir entre el tipo de cambio real (TCR) y el tipo de
cambio nominal (TCN). Podríamos simplificarlo con la siguiente ecuación:
Donde:
TCR = Tipo de cambio real
TCN = Tipo de cambio nominal
PI = Precio internacional
P = Precio
Existen dos maneras de modificar el TCR,
una es variando el TCN y otra es mediante un cambio en los precios. Si
aumenta el TCN (numerador) o disminuyen los precios (denominador), el
TCR aumenta (se deprecia la moneda) y los productos domésticos se
vuelven más baratos. En otras palabras, se ven favorecidas las
exportaciones y desalentadas las importaciones. Si por el contrario, el
TCR disminuye (se aprecia la moneda), ya sea porque disminuye el TCN
(numerador) o aumentan los precios (denominador), se desalientan las
exportaciones y se alientan las importaciones debido a que los productos
domésticos se vuelven más caros. En cuanto a los precios
internacionales no pueden ser manipulados por el gobierno doméstico. En
pocas palabras, el TCR tiene una relación directa con el TCN y una
relación inversa con los precios.
Es importante aclarar que el tipo de
cambio depende de la comparación con otra moneda, con lo cual, la moneda
doméstica puede estar estable y “apreciarse” o “depreciarse”
dependiendo de lo que pase la moneda extranjera. Es decir, puede estar
apreciándose o depreciándose la moneda extranjera y esto afecta en el
precio doméstico. En síntesis, el TCR es relativo a lo que sucede con
otra moneda, como precio relativo que es, no puede ser fijado por ningún
gobierno, dependerá de factores externos a la economía local y podrá
ajustar mediante los mecanismos mencionados en el párrafo anterior. Sin
embargo, si la moneda extranjera devalúa, indirectamente la moneda local
se vuelve más cara y a la inversa.
Dada esta ecuación podemos afirmar, que
si el precio sube, es decir, si hay inflación, el TCR disminuye. Esto
significa que los productos domésticos se vuelven más caros y se tiende a
exportar menos e importar más. Si las importaciones superan a las
exportaciones hay déficit en la cuenta corriente. Lo que el presente
gráfico refleja es que la cuenta corriente, sobre todo a partir del
2009, comenzó a deteriorarse. El gráfico no evidencia que hay un déficit
en la cuenta corriente, sino que las variaciones con respecto al año
base tienden a desacelerar el saldo de la cuenta corriente del país.
Este dato es de suma importancia, porque el “modelo” kirchnerista
pretende favorecer el saldo de cuenta corriente y no lo está logrando.
Las cifras del deterioro de la cuenta corriente, también son oficiales del gobierno.5
Lo que está sucediendo es que las importaciones aumentan, y esto sucede
debido a que los productos domésticos se encarecieron, es decir, hay
inflación fuerte y por esa razón se buscan productos de otros países más
baratos. El hecho de que en el 2009, el saldo de cuenta corriente se
haya desacelerado tan bruscamente es una razón más para creer en los
números de elevada inflación brindados por las consultoras privadas.
Por último, y a consecuencia del
deterioro del saldo de cuenta corriente, que Argentina trabe las
importaciones provenientes de Uruguay,6
evidencia un punto adicional para creer que el grado de la inflación ya
es lo suficientemente considerable como para querer trabar las
importaciones.
A continuación se volverá a reproducir
el último gráfico pero agregando las variaciones porcentuales de la
inflación estimada por la Fundación Libertad y Progreso tomando el 2003
como año base.
El acelerado crecimiento que se observa
en el gráfico de la inflación estimada por Libertad y Progreso, nos
ofrece un escenario que puede complicar al gobierno en cuanto al saldo
de la cuenta corriente.
En síntesis, se puede sostener que el
deterioro del saldo de cuenta corriente, el llamado de atención por
parte del FMI a la Argentina y la traba de importaciones recientemente
aplicadas a Uruguay, reflejan un panorama de alta inflación, tal como lo
patrocinan las consultoras privadas. Esta situación llevaría a que, en
términos de inflación, Argentina transite el sendero de Venezuela y no
el de América Latina.
Semejanza a Venezuela
En lo que respecta a la evolución de los
precios, Argentina se encuentra en la misma situación que Venezuela
alejándose de sus pares latinoamericanos, pero, ¿sólo en términos
inflacionarios Argentina se parece a Venezuela? Las recientes leyes que
Argentina promovió de papel prensa y antiterrorismo se asemejan a las
políticas y estrategias autoritarias de Hugo Chávez.
Ambas leyes salieron a los pocos días de que el kirchnerismo ganara las
elecciones y consiguiera su tercer mandato consecutivo brindando una
señal de poder con estas nuevas leyes.
Por otra parte, según el índice de
libertad económica 2012 que presentó la Heritage Foundation, Argentina
se encuentra en la posición 158 de 179 países en lo que respecta a la libertad económica.
El informe muestra retrocesos en 6 de los 10 aspectos que analiza el
índice. Los puntos en que Argentina vio un retroceso son: gasto del
gobierno, libertad fiscal, libertad en los negocios, libertad en la
moneda, libertad en el comercio y libertad en las inversiones. Teniendo
en cuenta los 29 países analizados entre América Latina y Centroamérica,
Argentina ocupa el puesto 27.
Venezuela por su parte, ocupa la
posición 174 en el ranking de los 179 países y la posición 28 de los 29
países de América Latina y Centro América, solo una posición por debajo
de Argentina. Ambos países entran en la categoría de “represivos”. Se ve
que las similitudes entre Argentina y Venezuela no son por casualidad.
Conclusión
En síntesis, el creciente gasto del
gobierno que señala la Heritage Foundation se encuentra en gran parte
financiado por emisión monetaria, lo que produce el proceso
inflacionario. Al aumentar los precios, el tipo de cambio real se
aprecia alentando las importaciones y desalentando las exportaciones. De
esta manera, el saldo de la cuenta corriente tiende a deteriorarse. De
allí la insistencia del gobierno argentino en trabar importaciones. Como
el tipo de cambio nominal no logra crecer más rápidamente que los
precios, la cuenta corriente tiende a desacelerarse y se complica la
factibilidad de alentar exportaciones.
Por otra parte, las nuevas leyes
establecidas por el gobierno, como el control del papel prensa y la ley
anti terrorista (entre otras), muestran una tendencia hacia el
autoritarismo. Acciones de este tipo son las que llevan a que el índice
de libertad económica de Argentina se deteriore asemejando al país a
Venezuela.
Notas:
1.
Ludwig von Mises definió la inflación aquella situación en que la
oferta de dinero crece más que proporcionalmente que la demanda de
dinero.
2. En este caso se tomará la inflación estimada por la Fundación Libertad y Progreso.
3. Los datos de Venezuela son sacados de “José Huerta Consultoría de Información”. Son cercanos a los que brinda el Banco Central de Venezuela.
4.
A excepción de Uruguay que tuvo una inflación de 15,9%. Otros países
como Bolivia, Paraguay, Ecuador y México presentaron una inflación menor
al 10%.
5. Al día de la fecha se encuentra publicadas hasta el 2010.
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