02 marzo, 2012

Conversaciones sobre comercio de armas: El ajedrez político en la ONU pone en peligro millones de vidas

Los dirigentes que tratan de conseguir el veto del Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas (TCA) deben dejar de jugar al ajedrez con millones de vidas inocentes, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
La organización ha realizado este llamamiento en vísperas de la reunión de la ONU en la que durante una semana se definirán los detalles de la negociación definitiva del TCA en julio.
Varios gobiernos, entre ellos Egipto, Irán, Pakistán y Siria, han tratado de conseguir que se vete cualquier acuerdo. Otros intentan menoscabar las salvaguardias del Tratado que podrían proteger los derechos humanos.


"No podemos permitir que unos cuantos gobiernos tengan a la humanidad a su merced en algo tan importante como el TCA”, ha dicho Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. “Esto es especialmente terrible cuando se trata de gobiernos que han demostrado estar dispuestos a utilizar armas contra su propio pueblo”.
“Estas conversaciones son una oportunidad histórica para conseguir un acuerdo internacional que impida el envío de armas cuando exista un riesgo considerable de que vayan a utilizarse contra la población civil. Es un acuerdo que podría salvar vidas y proteger los derechos humanos.”
En todo el mundo se han cometido graves abusos contra los derechos humanos utilizando gran variedad de armas. Como consecuencia de ello, millones de personas han perdido la vida, han resultado heridas, han sido violadas y se han visto obligadas a huir de sus hogares en países tan diferentes como México, Sudán, República Democrática del Congo, Siria y Pakistán.
Amnistía Internacional exige un tratado que impida las transferencias internacionales de armas cuando exista un riesgo sustancial de que dichas armas vayan a utilizarse para cometer o facilitar graves violaciones de derechos humanos. Pero este resultado se ve amenazado por los intentos de varios gobiernos de establecer unas normas para las conversaciones de julio que limitarían el alcance del tratado.
Estados como China, Rusia y Estados Unidos rechazan la inclusión de sólidas salvaguardias de derechos humanos. Otros que por lo general apoyan este tipo de salvaguardias, como Reino Unido, aún no han garantizado que vayan a exigir que se incluyan en el acuerdo definitivo.
“A lo largo de los años los gobiernos han opuesto mucha resistencia a un TCA sólido, pero en cada una de estas ocasiones no han podido hacer oídos sordos a las voces de millones de personas en todo el mundo”, ha dicho Salil Shetty.
“Como hemos visto en el último año, la gente está dispuesta a exigir sus derechos y a enfrentarse contra quienes utilizan estas armas para reprimirla. Debemos asegurarnos de que sus voces se oigan en Nueva York en julio.”
Amnistía Internacional señaló recientemente que Estados Unidos, Rusia y algunos países europeos habían suministrado grandes cantidades de armas a gobiernos represivos de Oriente Medio y el Norte de África antes de los levantamientos del año pasado, a pesar de tener pruebas de que podrían utilizarse para perpetrar graves violaciones de derechos humanos.
Sin ir más lejos, la semana pasada Amnistía Internacional puso de relieve que los envíos de armas de Rusia y China a Sudán estaban exacerbando la violencia y el desplazamiento masivo de personas en Darfur.
Durante más de una década, Amnistía Internacional ha estado en la vanguardia de la campaña para lograr un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas eficaz, con una delegación en Nueva York para captar apoyos entre los representantes de los gobiernos sobre la necesidad de un acuerdo que proteja los derechos humanos.
Amnistía Internacional fue una de las organizaciones de la sociedad civil que lanzó la campaña Armas bajo Control en 2003. Tres años después, 153 gobiernos aprobaron por fin en la ONU la resolución que abría el camino hacia el desarrollo de un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas. Las conversaciones de julio son la etapa final de una campaña que ha durado diez años.

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