Los dirigentes que tratan de conseguir el veto del Tratado
Internacional sobre el Comercio de Armas (TCA) deben dejar de jugar al
ajedrez con millones de vidas inocentes, ha dicho hoy Amnistía
Internacional.
La organización ha realizado este llamamiento en
vísperas de la reunión de la ONU en la que durante una semana se
definirán los detalles de la negociación definitiva del TCA en julio.
Varios
gobiernos, entre ellos Egipto, Irán, Pakistán y Siria, han tratado de
conseguir que se vete cualquier acuerdo. Otros intentan menoscabar las
salvaguardias del Tratado que podrían proteger los derechos humanos.
"No
podemos permitir que unos cuantos gobiernos tengan a la humanidad a su
merced en algo tan importante como el TCA”, ha dicho Salil Shetty,
secretario general de Amnistía Internacional. “Esto es especialmente
terrible cuando se trata de gobiernos que han demostrado estar
dispuestos a utilizar armas contra su propio pueblo”.
“Estas
conversaciones son una oportunidad histórica para conseguir un acuerdo
internacional que impida el envío de armas cuando exista un riesgo
considerable de que vayan a utilizarse contra la población civil. Es un
acuerdo que podría salvar vidas y proteger los derechos humanos.”
En
todo el mundo se han cometido graves abusos contra los derechos humanos
utilizando gran variedad de armas. Como consecuencia de ello, millones
de personas han perdido la vida, han resultado heridas, han sido
violadas y se han visto obligadas a huir de sus hogares en países tan
diferentes como México, Sudán, República Democrática del Congo, Siria y
Pakistán.
Amnistía Internacional exige un tratado que impida las
transferencias internacionales de armas cuando exista un riesgo
sustancial de que dichas armas vayan a utilizarse para cometer o
facilitar graves violaciones de derechos humanos. Pero este resultado se
ve amenazado por los intentos de varios gobiernos de establecer unas
normas para las conversaciones de julio que limitarían el alcance del
tratado.
Estados como China, Rusia y Estados Unidos rechazan la
inclusión de sólidas salvaguardias de derechos humanos. Otros que por lo
general apoyan este tipo de salvaguardias, como Reino Unido, aún no han
garantizado que vayan a exigir que se incluyan en el acuerdo
definitivo.
“A lo largo de los años los gobiernos han opuesto
mucha resistencia a un TCA sólido, pero en cada una de estas ocasiones
no han podido hacer oídos sordos a las voces de millones de personas en
todo el mundo”, ha dicho Salil Shetty.
“Como hemos visto en el
último año, la gente está dispuesta a exigir sus derechos y a
enfrentarse contra quienes utilizan estas armas para reprimirla. Debemos
asegurarnos de que sus voces se oigan en Nueva York en julio.”
Amnistía
Internacional señaló recientemente que Estados Unidos, Rusia y algunos
países europeos habían suministrado grandes cantidades de armas a
gobiernos represivos de Oriente Medio y el Norte de África antes de los
levantamientos del año pasado, a pesar de tener pruebas de que podrían
utilizarse para perpetrar graves violaciones de derechos humanos.
Sin
ir más lejos, la semana pasada Amnistía Internacional puso de relieve
que los envíos de armas de Rusia y China a Sudán estaban exacerbando la
violencia y el desplazamiento masivo de personas en Darfur.
Durante
más de una década, Amnistía Internacional ha estado en la vanguardia de
la campaña para lograr un Tratado Internacional sobre el Comercio de
Armas eficaz, con una delegación en Nueva York para captar apoyos entre
los representantes de los gobiernos sobre la necesidad de un acuerdo que
proteja los derechos humanos.
Amnistía Internacional fue una de
las organizaciones de la sociedad civil que lanzó la campaña Armas bajo
Control en 2003. Tres años después, 153 gobiernos aprobaron por fin en
la ONU la resolución que abría el camino hacia el desarrollo de un
Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas. Las conversaciones de
julio son la etapa final de una campaña que ha durado diez años.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario