05 julio, 2012

18 millones de corruptos ignorantes


18 millones de corruptos ignorantes

Autor: Juan Bustillos

Consideraciones son más que suficientes para pagar con una mentada de madre a quienes así piensan de los ciudadanos reacios a entregar el país al candidato de las izquierdas

Para Andrés Manuel López Obrador y su grupo de sabios impolutos, los más de 18 millones de mexicanos que votaron por Enrique Peña Nieto lo hicieron por corrupción e ignorancia. Chingón.

Ambas consideraciones son más que suficientes para pagar con una mentada de madre a quienes así piensan de los ciudadanos reacios a entregar el país al candidato de las izquierdas.


Conforme a estos razonamientos el rumbo de la República debe ser decidido sólo por poseedores de licenciaturas, maestrías y doctorados (desde luego por los jóvenes del #132) y por personajes cuya honestidad resiste cualquier prueba, como López Obrador, por ejemplo.


En pocas ocasiones tantos han sido insultados por tan pocos.


La verdad, bien merecido.


Les pasa por dejarse conducir por la televisión, la radio y la prensa escrita y no leer la biografía de Jaime Avilés sobre el mesías tropical que encontró su vocación entre los chontales.


Otro habría sido el resultado electoral si 18 millones de mexicanos con credencial de elector hubiésemos cerrado ojos y oídos durante tres meses, qué digo, los últimos 12 años o por los menos desde 2006 cuando por primera ocasión los electores le dijeron que no lo quieren de Presidente.


Pero ni modo. Fue el propio López Obrador quien se encargó de calificar de ignorantes y promotores de corrupción a quienes votaron a favor de otro y en contra suya. ¿Qué se espera de los demás?


Ayer los jóvenes que lo siguen dieron una muestra más de lo aprendido en las aulas universitarias, si en realidad universitarios son quienes agredieron el vehículo del presidente del IFE, Leonardo Valdés, y obligaban a cualquiera que intentarse ingresar a las instalaciones del instituto arbitral a permitir la inspección milímetro a milímetro de sus vehículos.


Ayer inició el proceso de recuento de los votos en los 300 distritos electorales, así como la revisión de casilla por casilla y voto por voto en donde las causales previstas por la ley lo permitan.


El resultado es previsible: el IFE dirá que Peña Nieto obtuvo la mayoría de los votos y después, cuando los abogados de López Obrador acudan al Trife, vendrá la declaratoria de Presidente electo. Quizá los números varíen un poco, pero no de la manera dramática que espera el candidato de las izquierdas porque la ley se perfeccionó a tal extremo que no hay lugar para el fraude.


Por eso la cantaleta de inequidad y preferencia de los medios electrónicos sobre el ganador como argumentos fundamentales para justificar la derrota.


El problema en realidad es para López Obrador porque le va a resultar difícil, si no es que imposible, explicar cualquier medida extrema que en su nombre sea tomada, así como calmar a los exaltados y además convencerlos de seguir haciendo campaña los próximos seis años para ir por una tercera oportunidad en 2018.


Sin embargo, para entonces otros habrán crecido, Marcelo Ebrard y Miguel Mancera, por ejemplo, y él seguirá infundiendo temor al país.


En todo caso los más de 18 millones de mexicanos, a quienes hoy llama ignorantes y promotores de la corrupción, lo estarán esperando para votar una vez más en su contra.

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