Arturo Wallace
Primero hubo empujones y luego
disparos, pero desde este jueves representantes del gobierno colombiano e
indígenas nasa conversan sobre la tensa situación que desde hace varios
días se vive en el norte del departamento de Cauca.
Según el presidente Juan Manuel Santos, el
objetivo del diálogo es "aclarar posiciones y encontrar soluciones" a la
crisis desatada por la decisión de los indígenas de expulsar de su
territorio a todos los actores armados, incluyendo al propio ejército
colombiano.Pero algún tipo de acercamiento entre las partes, sin embargo, se hacía inevitable luego de que las cosas empezaran a salirse de control el pasado martes.
Ese día, un centenar de indígenas se desplazó hasta una base militar ubicada cerca del poblado de Toribío y desalojó a la fuerza a un batallón de soldados.
Y al día siguiente, las fuerzas de seguridad colombianas se movilizaron para recuperar el control de la base, en lo que fue el inicio de una tensa jornada que dejó como saldo un indígena muerto y varios lesionados.
¿Demanda histórica o presión de la guerrilla?
Pero eso no evitó que el miércoles por la noche el presidente Santos también acusara a esa guerrilla de estar detrás de los sucesos en Cauca.
Como evidencia de sus señalamientos, el mandatario ofreció un correo electrónico hallado en un computador incautado al jefe de operaciones occidentales del grupo guerrillero durante una operación celebrada en mayo de este año.
En la comunicación se giraban instrucciones para "repartir propaganda en los municipios del norte del Cauca para que la población le exija a la Fuerza Pública el retiro de las áreas pobladas".
Sin embargo, en realidad esa ha sido una exigencia histórica del pueblo nasa.
Cansados de seguir siendo víctimas del fuego cruzado, los indígenas del norte del Cauca llevaban además al menos un año anunciando movilizaciones en contra de todos los actores armados.
La Organización Nacional Indígena de Colombia, por su parte, recordó además en un comunicado que las demandas de los pueblos originarios del norte del Cauca estaban amparadas por el artículo 30 de la Declaración de Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas que establece que el uso de territorios indígenas para actividades militares tiene que ser debidamente consultado con sus autoridades.
Y la organización también hizo notar que esta no es la primera vez que los reclamos de los indígenas son desestimados por supuestos vínculos con la guerrilla, al tiempo que advertía sobre los riesgos de la estigmatización de los pueblos originarios colombianos.
Indignación por trato a militares
El dilema del presidente Santos, sin embargo, es que por más que esté dispuesto a reconocer la complejidad de lo que ocurre en Cauca, este no parece ser momento para sutilezas.Y sus adversarios políticos no dudaron en emplearlas para criticar la supuesta debilidad del gobierno frente a la guerrilla.
"Guerrilla con indígenas y nuestro ejército vejado", escribió por ejemplo en su cuenta Twitter el expresidente Álvaro Uribe, quien actualmente lidera la oposición en contra de su antiguo ministro de Defensa.
Y tampoco han faltado voces pidiendo un castigo ejemplar para los indígenas acusados de haber agredido a los soldados.
Así las cosas, todo parece indicar que el diálogo que inició este jueves podría servir sobre todo para apaciguar momentáneamente los ánimos.
Pero un verdadero intento por solucionar los problemas de fondo del Cauca seguramente tendrá que esperar a que las cosas estén menos caldeadas.
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