"Enrique Superstar"
Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es la baza de su partido para volver a Los Pinos, la casa del presidente de México.
Por eso el grupo que gobernó México durante más de siete décadas se esmera para que cada mitin sea un gran show en el que el PRI exhibe su fuerza, su capacidad de movilización y sus vínculos con sindicatos y organizaciones de ganaderos, maestros o trabajadores.
Sus eventos de campaña son como una Disneylandia de la mercadotecnia política. He ido a baños de masas de los tres principales candidatos en distintas partes del país, pero ninguno es tan sincronizado como los de EPN.
Mascotas con el peinado del candidato, pegadizas canciones de campaña de producción profesional, animadores que desde una hora antes calientan a los asistentes con eslóganes y bailes.
¿Surge un movimiento de jóvenes que se declaran anti Peña y se manifiestan en las calles, como el #YoSoy132? Pues el PRI reparte entre sus simpatizantes carteles con el lema "Yo soy la Juventud Popular".
Peña Nieto es calificado a menudo por sus críticos como un candidato frívolo y sin sustancia, una mera cara bonita que fascina por su imagen pública y su vida personal.
Está casado con una actriz de telenovela y tiene fama de mujeriego (él mismo admitió haber sido padre de dos hijos fuera de su primer matrimonio). Recientemente medios locales mostraron un anuncio de un sitio web para infieles que utilizaba la imagen del candidato.
Sonríe cuando los periodistas le preguntan por su cuidado copete (o tupé), pero echa mano de su experiencia como gobernador del Estado de México cuando le cuestionan qué hay más allá de esa sonrisa.
Y aunque quiera presentarse como un jefe de Estado, basta acudir a sus mítines para ver que no le desagrada que las mujeres del PRI suspiren por él, se lancen a sus brazos y admiren a La Gaviota, como conocen a su esposa, Angélica Rivera.
Grabé este video durante un acto de campaña en Tampico, Tamaulipas. Quería enseñarles de cerca cómo reaccionaban los priístas a su llegada y me colé entre el grupo de seguidores que le esperaba, agolpados (mejor dicho, agolpadas), y tratando de arrancarle un beso como si de una estrella del pop se tratara. Espero que estas imágenes les sirvan para adentrarse en la hollywoodiense maquinaria del PRI.
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