¿Es un mito el cáncer de Chávez?
El anuncio hecho recientemente por el
Presidente Chávez en Caracas, de que se hallaba totalmente curado del
cáncer que lo mantuvo bajo severos tratamientos médicos en La Habana, me
ha llevado a releer un artículo publicado hace pocas semanas en el
Nuevo Herald, donde el autor, Alejandro Marcano, periodista y
presentador por televisión, sostiene la idea de que toda la enfermedad
de Chávez no es otra cosa que un ardid de Fidel Castro para contribuir a
la reelección del mandatario venezolano, promoviendo el sentimiento de
lástima en el electorado y asegurando así su victoria en la elecciones
del próximo octubre.
El argumento de este periodista se basa,
en parte, en la ausencia de recientes declaraciones, ya por parte de
médicos, ya por parte de analistas o estudiosos del caso Chávez, sobre
el cercano desenlace fatal de su enfermedad.
Dicho comentario de momento me pareció
un tanto infantil y muy pobre para llevar al ánimo del lector la idea de
que el Presidente Chávez se ha prestado a desempeñar el papel de un
primer actor de una película de Hollywood.
Ya sabemos que Fidel es un hombre de gran imaginación, y que tiene audacia suficiente para planear un padecimiento físico en una persona sana, si eso conduce a una victoria de su parte.
Ya sabemos que Fidel es un hombre de gran imaginación, y que tiene audacia suficiente para planear un padecimiento físico en una persona sana, si eso conduce a una victoria de su parte.
La firme convicción del articulista de
que todo esto es producto de la audacia de Fidel, añadido a la
declaración reciente del propio Chávez de hallarse completamente curado,
contribuyen a hacernos pensar que hay mucho de teatro en el ya largo
proceso de su caso médico.
Desde luego, hay cosas, como el vaticinio de que a Chávez sólo le quedaban dos meses de vida, hay que desecharlo por completo.
Como también hay que desechar la ausencia total del cáncer.
No cabe duda que esta enfermedad se ha hospedado en el cuerpo del presidente venezolano, pero no ha sido tan severa, quizás, como lo han hecho creer las noticias que han llenado las páginas de la prensa.
¿Un ardid de Fidel? Quizás en cierta medida, pero no creo que su genio maléfico ha llegado a tanto, al extremo de montar toda una trama, que incluye inflamación del rostro y pérdida del cabello, y rezos acompañados de lágrimas, y gestos de humillación pública.
No hay duda de que el Presidente de Venezuela ha sido víctima del cáncer, pero por tratarse de un personaje alrededor del cual se mueven tantas expectativas, hay lugar para las más atrevidas especulaciones.
Sólo Dios conoce lo que hay de cierto, y nosotros no disponemos sino de un poco del conocimiento de lo que está ocurriendo en el caso de Hugo Chávez Frías.
Venezuela, por lo menos hasta hoy, tiene la esperanza de celebrar en unos meses una lid electoral para definir quién va a gobernar la nación durante los próximos años.
Desde luego, hay cosas, como el vaticinio de que a Chávez sólo le quedaban dos meses de vida, hay que desecharlo por completo.
Como también hay que desechar la ausencia total del cáncer.
No cabe duda que esta enfermedad se ha hospedado en el cuerpo del presidente venezolano, pero no ha sido tan severa, quizás, como lo han hecho creer las noticias que han llenado las páginas de la prensa.
¿Un ardid de Fidel? Quizás en cierta medida, pero no creo que su genio maléfico ha llegado a tanto, al extremo de montar toda una trama, que incluye inflamación del rostro y pérdida del cabello, y rezos acompañados de lágrimas, y gestos de humillación pública.
No hay duda de que el Presidente de Venezuela ha sido víctima del cáncer, pero por tratarse de un personaje alrededor del cual se mueven tantas expectativas, hay lugar para las más atrevidas especulaciones.
Sólo Dios conoce lo que hay de cierto, y nosotros no disponemos sino de un poco del conocimiento de lo que está ocurriendo en el caso de Hugo Chávez Frías.
Venezuela, por lo menos hasta hoy, tiene la esperanza de celebrar en unos meses una lid electoral para definir quién va a gobernar la nación durante los próximos años.
Roguemos al Señor que esas elecciones
puedan celebrarse libremente y queden despejadas las dudas que han
venido ocultando la verdad.
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