Por ILAN BRAT y MATT MOFFETT
MADRID—Cuando el gobierno anunció el miércoles un plan de austeridad de 65.000 millones de euros, US$79.700 millones, Sergio Junquera, un agente de ventas de un concesionario de Mazda, no tardó en sentir el impacto.
Después de que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, presentara el paquete de alzas de impuestos y recortes de gastos, un cliente de Junquera postergó la compra de un Mazda CX-5 de 36.000 euros. "Quería ver cómo se desencadenaba todo", dijo Junquera.
Españoles de todos los estratos, desde consumidores y propietarios de casas a funcionarios públicos, se preparan nerviosamente para absorber el impacto del programa de austeridad más duro en las cuatro décadas transcurridas desde que España volvió a la democracia.
Las estrictas medidas constituyen un giro drástico por parte del gobierno conservador encabezado por Rajoy, que previamente rechazó algunas de las mismas políticas que los socios de España en la Unión Europea le instaron adoptar. Los defensores del plan de austeridad argumentan que un aumento de tres puntos porcentuales al impuesto al valor agregado (IVA), para dejarlo en 21%, sólo coloca a España a la par de sus pares en la UE. El gobierno también eliminará un sueldo adicional que los funcionarios públicos reciben en diciembre, cancelará algunas de las exenciones tributarias para compradores de viviendas y reducirá las prestaciones por desempleo.
Rajoy aseguró que estaba siguiendo "el único (camino) que conduce a la recuperación" y añadió que no tendrá "vacilaciones". El jueves, un vocero del Fondo Monetario Internacional, que aclaró que la institución no ha recibido ninguna solicitud para asistir a España, alabó a Rajoy por dar "pasos difíciles, pero creemos que en la dirección correcta". El portavoz añadió que las medidas ayudarán a España a "apuntalar la solidez de las finanzas públicas", que es "el prerrequisito para un crecimiento sostenible y una mejoría en el sector laboral".
Si bien las iniciativas están diseñadas para restaurar la confianza de los inversionistas, la reacción del mercado fue fría. El principal índice de la Bolsa de Madrid, el Ibex, cayó 2,6% el jueves, mientras que el retorno del bono soberano a 10 años subió 0,04 puntos, para llegar a 6,59%, según Tradeweb.
En un momento en que España ha vuelto a caer en recesión, surgen las preocupaciones de que la amarga medicina económica podría ser demasiado fuerte para que el debilitado paciente.
"Esta vez realmente está tocando partes vitales de la economía", afirmó Robert Tornabell, economista de la escuela de negocios ESADE. Dijo que se trata del recorte económico más drástico en España desde la muerte del general Francisco Franco en 1975. Tornabell cuestionó la estrategia de "aumentar los impuestos al consumo cuando las empresas no invierten y la economía está en recesión".
Faconauto, la asociación de concesionarios de España, anticipa un declive de 10% en las ventas de vehículos debido al incremento del IVA. Junquera, el vendedor de Mazda, dijo que con los grandes descuentos "los márgenes son irrisorios" y que "no se puede cortar más". Sostuvo que cuando el gobierno elevó el IVA de 16% a 18% en 2010, su empresa absorbió el aumento durante unos meses, pero duda de que lo pueda volver a hacer.
Los recortes presupuestarios colocan a Mar Moreno y su marido, ambos funcionarios públicos, en un aprieto. Como parte del ajuste de cinturón, la pareja perderá los salarios extra que solían recibir en diciembre. Mar, de 52 años, que trabaja para el Ministerio de Cultura, planeaba darle ese dinero a su hijo desempleado de 24 años para que comprara un pasaje de avión para emigrar a Canadá.
"Eso nos toca bastante", lamentó Mar, cuya familia también renunciará este año a las vacaciones de verano. "Ni vamos a poder ayudarle empezar de nuevo", indicó.
La mayoría de los españoles no le ve ventaja alguna al paquete. Algunos señalaron que al menos hubo algo de justicia porque el gobierno también redujo algunos de los subsidios a los partidos políticos y los sindicatos.
"Gente que vive del sistema político merece sufrir como todos los demás o peor", afirmó Juan José Gómez, propietario de una peluquería cuyos ingresos han caído más de 30% este año.
Tornabell, el economista de ESADE, dijo que mientras que a los españoles promedio les están pidiendo sacrificios, los bancos se han salvado, pese a ser instrumentales en el desencadenamiento de la crisis al conceder préstamos incobrables para proyectos inmobiliarios.
Al menos algunos bancos españoles han empezado a sentir la presión. Altos ejecutivos de Novagalicia Banco, que esperaba obtener miles de millones de euros en fondos de rescate, difundió un comunicado el jueves pidiendo perdón por los errores que cometió el anterior equipo de gestión. "Antes que nada, perdón", dijo la entidad.
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