Ya arrancó el 2018.
Por Ricardo Alemán.
Mientras
miles de ingenuos --y otros tantos que sólo buscan venganza electoral--, se
creen la montaña de mentiras sobre el supuesto fraude electoral del pasado 1 de
julio, los políticos profesionales, aquellos que vive de, por y para hacer
política, ya trabajan para el 2018.
En
tanto los incautos "ternuritas" del #132 --utilizados como carne de
mitin--, creen posible encontrar al desaparecido fraude electoral; creen que el
IFE, el TEPJF y hasta el Espíritu Santo anularán una de las elecciones más
limpias de la historia electoral mexicana, sus prohombres ya se mueven para la
presidencial de julio de 2018.
Y
claro, en tanto que miles insisten en ver un fraude que millones no han visto
–y que nadie verá, porque la del pasado 1 de julio fue una de las elecciones
más vigiladas--, el motivo del encono, la protesta, la rabia y el odio de la
temporada electoral --el señor Peña Nieto--, ya trabaja en la elaboración de su
gabinete, de su discurso de toma de posesión; en las líneas generales de lo que
será su proyecto de gobierno.
Y
es que, les guste o no a los incautos del #132 y a los profesionales de la
protesta que los acompañan –y guste o no a millones de mexicanos que de buena
fe creen en el inexistente fraude--, lo cierto es que la política y los
políticos no se
detienen en causas perdidas, como la del supuesto fraude.
No,
los partidos y sus políticos ya dejaron atrás la batalla del 2012 –lo que no
significa que no cobrarán venganza--, y siguen con paso firme a lo que sigue; el reparto de las migajas y
la carrera en los próximos seis años.
Y
como no había ocurrido en la historia electoral mexicana, a seis años de julio
de 2018; cuando aún no toma posesión el ganador de la contienda de 2012, ya
está en el diamante la novena para el 2018; tres precandidatos del PRI; otros
tantos de las izquierdas y una tercia del PAN. ¿Quiénes integran la novena de
los presidenciables para 2018?.
El
primero en apuntarse para su tercera presidencial –y a su estilo madrugador--,
fue nada menos que el
dos veces derrotado Andrés Manuel López Obrador, quien la noche
misma del 1 de julio, cuando fue evidente que perdió por segunda ocasión,
desconoció el resultado y volvió a lo suyo; la calle, las plazas y las
mentiras.
La
misma noche del 1 de julio dijo a sus leales que "nada de pensar en el
retiro", en "La Chingada". Y con dinero salido de quien sabe
donde, ya está en campaña, en tanto miles de ingenuos e incautos aún creen que
con marchas y plantones podrán arrebatarle –a la mala--, la victoria a Enrique
Peña.
El
segundo en anotarse, por las izquierdas, es el aún jefe de gobierno, Marcelo
Ebrard, quien arrancará su campaña a partir del 6 de diciembre. La suya será una suerte de travesía por el
desierto, ya que no tiene cargo alguno.
Y
la tercia de las izquierdas la completa el electo jefe de gobierno del DF,
Miguel Ángel Mancera, quien desde hoy es un
poderoso precandidato presidencial y, a partir de un buen
desempeño, podría serlo aún más.
En
el PRI ya se mueven como potenciales sucesores los señores Luis Videgaray, que
apunta para ser el súper secretario en el gobierno de Peña Nieto; el gobernador
mexiquense, Eruviel Ávila, y
el aún poderoso senador y futuro diputado, Manlio Fabio
Beltrones.
En
realidad, si de rigor se trata, el primero en apuntarse para 2018 fue
precisamente Manlio, quien al día siguiente de que formalmente perdiera la
candidatura presidencial del PRI, anunció; "lo pasado, pasado; hoy comenzamos de
nuevo".
Beltrones
será, por experiencia, habilidad y grupo político, el hombre a vencer en el
PRI, pero no se queda atrás el gobernador Eruviel Ávila, cuya cuenta de
victorias es inmejorable. El más débil, pero con mayor posibilidad de crecer
y/o de caer --por los riesgos de enfrentarse a la política de grandes ligas--,
es Luis Videgaray, el hombre detrás del triunfo de Peña. ¿Será capaz de
aguantar la presión?.
Y
en el PAN la pelea no es menor. En este momento existen dos precandidatas
naturales; la señora Josefina Vázquez Mota, que se apunta como aspirante
natural --luego de sus 12 millones de votos--, pero también aparece como fuerte
contendiente la señora Margarita Zavala de Calderón.
De
hecho, la pelea y la polarización que se vive al interior del PAN, tiene que
ver con el reacomodo de los cuadros, rumbo a 2018. Y es que quien consiga el
control del partido luego de la debacle azul, tiene más posibilidades de empuja
a su grupo y a su candidato presidencial, para las batallas por venir. Y el
último presidenciable en el PAN, se llama Ernesto Cordero.
Y
mientras los profesionales de la política ven a futuro, los incautos siguen en
la calle.
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