08 agosto, 2012

PAN... ¿QUÉ PACTARON?


Ricardo Alemán.

querepartiernEn consonancia con los arreglos internos del PRI –el reparto de las coordinaciones legislativas entre grupos distintos al de Enrique Peña–, el PAN podría estar cerca de reemplazar la aparente anarquía y falta de rumbo, por un derrotero que ya ha probado su efectividad.
Para nadie es un secreto que en las semanas que siguieron a la elección, Acción Nacional se convirtió en la versión política del Doctor Jeckyll y el Señor Hyde. Y es que cuando tres decían sí, cuatro opinaban que no y mientras unos reconocían el triunfo de Enrique Peña, otros más se embarcaban en la penosa "defensa del voto" de los partidos de izquierda.



En esos días, el discurso de partido era prácticamente inexistente. La única forma de referirse a "los panistas" era enumerar declaraciones a título personal, tan numerosas como disímiles.


Sin embargo, un repentino cambio de aires trajo algo de orden al interior del PAN. En los últimos días, tanto la dirigencia del partido como el Presidente Calderón han reconocido su realidad, aceptado los errores y delineado una ruta de acción.


Pareciera que el PAN finalmente se puso de acuerdo.


No obstante, viene a cuenta hacer una advertencia. En política todo sucede por algo y no existen las acciones desinteresadas. Por eso viene a cuenta preguntar, ¿qué pasó al interior del PAN que les hizo olvidar el llamado fraude generalizado? ¿qué comió Gustavo Madero –el dirigente nacional– que de la noche a la mañana despertó con las mismas ideas y propuestas de Felipe Calderón?


Evidentemente estamos ante un pacto entre los grupos de panistas. Todo indica que alguien llegó al precio de los líderes azules y escribió el punto final a la rebatinga que había terminado de aplastar al diezmado grupo político.


La verdad, no sería descabellado pensar que el artífice de la negociación lleva por nombre Felipe Calderón y tiene como objetivo mantener la hegemonía de su partido. Y es que, dicen los que saben, que luego de la negociación, el Senado podría quedar en manos de uno de los hombres más cercanos al Presidente, Ernesto Cordero.


Al tiempo que la Cámara de Diputados estaría bajo el control de José González Morfín, un político cercano a Calderón y que hoy día controla la bancada azul en Reforma 135.


Pero además, el temple y colmillo político del Presidente lo llevaron más lejos. Con tal de prolongar la hegemonía en Acción Nacional, Felipe Calderón no se limitó a calmar a quienes se oponen a sus fines. También perfiló una potencial alianza con el PRI.


Basta con revisar el cambio de discurso en la cúpula azul. La repentina sintonía con la lógica de Calderón apunta a que el Presidente pactó con los tricolores una suerte de acuerdo por la gobernabilidad, con el reparto de poder como moneda de cambio.


Parece lógico que Calderón aceptara negociar con el PRI a cambio de mantener su influencia política. Sin embargo, aún no se conoce qué ofreció el Presidente a sus detractores... ¿lo sabremos pronto?

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