31 agosto, 2012

Pierde la izquierda

José Cárdenas

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación echa por tierra el argumento “madre” del Movimiento Progresista y de su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador: no hay elementos para presumir que hubo violación del artículo 41 de la Constitución.
Dicho de otro modo, las izquierdas pierden el juicio de inconformidad por presuntos agravios cometidos por el PRI mediante el uso indebido e ilegal de recursos, rebase de topes de campaña, propaganda encubierta por Televisa, encuestas amañadas… todo para favorecer al candidato Enrique Peña Nieto.
Con la sentencia del Tribunal terminará una larga novela electoral de enredos mal planteados, peor presentados y con cantidad de errores por los cuales, entre otras cosas, uno de los protagonistas —ya se sabe quién— habrá hecho el ridículo.

La habilidad escenográfica del Movimiento Progresista y su habilidad retórica no correspondieron a su incapacidad jurídica.
Si en verdad Peña Nieto hubiera cometido todos los pecados por los cuales se pidió la invalidez electoral, el desaseo de los quejosos y su ineptitud jurídica para conformar un expediente sólido logró el efecto contrario: convertir la impugnación en cosa juzgada… sin oportunidad de indagatoria posterior.
La prensa ha documentado algunos de los desatinos jurídicos en un expediente cuyas fechas se cambian; en el cual los montos suben y bajan sin ton ni son.
Este es apenas un ejemplo: “En el documento —publica Reforma—, por distintos rangos de fechas, se incluyen diferentes cifras de rebases de topes de campaña: 374 millones 920 mil pesos, 719 millones 500 mil pesos, mil 173 millones 486 mil pesos, mil 892 millones 987 mil pesos, cuatro mil 559 millones 947 mil pesos, 2 mil 294 millones 220 mil pesos…
“El gran derroche de recursos económicos utilizados... desde el inicio de las campañas electorales hasta el mismo 1 de Julio de 2012... haciende (sic) a la cantidad de $4,599,947,834.00” —señala la demanda de la izquierda en la página 380—.
El PRD ha probado una vez más su incapacidad institucional. Su mayor aportación a la limpieza política nacional fue un establo portátil. Cuando no pudieron probar sus argumentos, recurrieron a un notario de caricatura (Sergio Navarrete), cuya aportación a la seriedad fue contar chiles y saleros; comales y mandiles; pollos, chivos y marranos…
El error conceptual fue mayúsculo: repetir y repetir una denuncia no convierte esa denuncia en prueba de lo denunciado. Quisieron jugar en el terreno jurídico y fracasaron, no por la maldad intrínseca del Tribunal, el Banco de México, la Coparmex, el Consejo Coordinador Empresarial, Soriana, el Banco Monex, Televisa, otros medios y demás enemigos suyos… sino por su ineptitud.
Finalmente les queda el recurso de la denuncia en el extranjero. Ya se podrán ir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mientras el PRI acelera sus denuncias por la manipulación de contratos del Gobierno del DF en favor de Honestidad Valiente, Austeridad Republicana y demás organizaciones patrocinadoras de Andrés Manuel… siempre con el aval del notario caricaturesco.
El telón está por caer. Viene la calificación… y más descalificaciones.
MONJE LOCO: Blindados hasta los dientes, sitiados por una horda furibunda, observados por todo el país, los siete magistrados del Tribunal Electoral decidieron… y su palabra es la ley… le guste a quien le guste y descuadre a quien descuadre. Ya no hay impugnación (madre) que valga. Eso ya valió ídem. Aun así, el fallo del Tribunal viene del brazo con la protesta… las huestes progres repondrán la obra teatral estrenada hace seis años… Total, arde la hoguera de las vanidades… suicidios aparte.

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