Algunos de los participantes en el seminario de la Asociación para el
Estudio de la Economía Cubana ROBERTO KOLTUN / EL NUEVO HERALD
Juan O. Tamayo
Cuba enfrenta una situación económica difícil pese a las reformas
de Raúl Castro, y una transición económica bajo la dirección de las
fuerzas armadas parece más probable que un modelo de cambio como el
vietnamita o el chino, dijeron el jueves expertos reunidos en Miami.
“Las reformas no han dado resultado. Hay demasiadas limitaciones [...] hay un estancamiento enorme en la sociedad”, dijo el economista disidente de La Habana Oscar Espinosa Chepe en un discurso grabado para la sesión inaugural de la reunión anual de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana.
Unos 100 economistas, especialistas en ciencias sociales y otros expertos en Cuba se reunieron en el Hotel Hilton del downtown de Miami para presentar su labor sobre las dificultades políticas que enfrenta Cuba. El tema de este año es: ¿A dónde va Cuba?
La situación de Cuba es “muy delicada y difícil”, dijo Chepe. Entre los problemas que confronta el plan de transferir un alto número de empleados estatales a cuentapropistas, indicó, está la falta de materiales necesarios para operar los negocios, y la competencia que esto crea con el resto de la población que está tratando de hacer sus compras diarias.
Joaquín Pujol, economista retirado del Fondo Monetario Internacional, dijo que muy pocas de las personas que han pasado a las filas de los cuentapropistas estaban trabajando antes realmente para el gobierno. La mayoría, dijo, estaban desempleados, ya trabajaban por cuenta propia por debajo de la mesa, estaban retirados o eran estudiantes.
Vegard Bye, experto en Cuba del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales, dijo que Vietnam, más que China, es el modelo que está siguiendo el gobierno de Castro en su búsqueda de una economía más orientada hacia el mercado, aunque Cuba es única en muchos sentidos.
“Cuba es diferente de todo el mundo”, dijo, y añadió que sería difícil para los líderes cubanos copiar el modelo económico de cualquier otro país durante una transición.
Cuba, por ejemplo, no ha reclutado nuevas generaciones de líderes y gerentes tan bien como China o Vietnam, dijo Bye, y a medida que reforma la economía tiene menos probabilidades de conservar el control político con tanta facilidad como lo ha hecho esas naciones.
Bye señaló que la razón de la reciente visita de Castro a China, Vietnam y Rusia parece ser un esfuerzo por encontrar la manera de implementar e institucionalizar una economía de mercado sin perder el control político.
Dijo que es probable que los oficiales y ex oficiales de las fuerzas armadas cubanas que han tenido vasta experiencia en administrar gran cantidad de empresas estatales tengan una fuerte participación en el futuro económico de la isla.
En esencia, dijo Bye, Cuba enfrenta dos posibles variantes: un cambio estilo Vietnam hacia una economía más orientada hacia el mercado, con espacio para negocios privados de pequeño y mediano tamaño, pero con el gobierno conservando claramente el control político, o la tal vez más probable “transición autoritaria militarizada” en la cual militares tecnócratas asumen el control a través del favoritismo y la corrupción.
“Yo tengo la esperanza de que opten por la variante número uno, pero la tendencia es en gran medida hacia la segunda”, señaló Bye.
Agregó que en las transiciones económicas de Rusia y Europa del Este, tres cuartos de los líderes económicos actuales habían sido líderes del Partido Comunista. En Rusia, en particular, dijo, los antiguos jefes del partido se convirtieron en los dueños de propiedades que antes eran públicas, mientras que en otros países la tendencia ha sido que ellos formen la nueva clase de gerentes.
En Cuba hay una “fuerte tradición de capitalismo a pequeña escala”, dijo Pujol. Pero afirmó: “No hay forma de que la economía cubana pueda recuperarse sin fuertes inversiones extranjeras”.
Varios analistas dijeron que pensaban que la membresía de Cuba en instituciones financieras internacionales podría ayudar en su transición.
“Cuba necesita inversión extranjera directa” y la membresía en instituciones financieras internacionales “es vital para Cuba finalmente”, dijo Richard Feinberg, un profesor de Economía Política Internacional de la Universidad de California, San Diego. Feinberg ha trazado una estrategia para la reconexión de Cuba con instituciones financieras internacionales tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“La membresía [en el FMI] no exige que se sea una democracia liberal”, dijo. “Muchos gobiernos extraños y gobiernos renegados están en el FMI y el Banco Mundial”.
Pero un gran problema es que el país tiene que expresar su deseo de entrar en el FMI y hasta el momento Cuba no ha mostrado interés en pedir su entrada tras abandonarlo en 1964, dijo Lorenzo Pérez, quien se retiró del FMI después de una carrera de 30 años. Cuba necesitaría además un patrocinador. Es posible que naciones tales como Brasil y China estén dispuestas a desempeñar ese papel, dijo, aunque a estas alturas puede que tengan que traer a Cuba “gritando y pataleando al FMI”.
Aunque la membresía en el FMI no promovería de inmediato la democracia en Cuba, Pérez dijo que sí podría promover reformas políticas a largo plazo al obligar a Cuba a adoptar una política económica más racional y animar a la transparencia política y la responsabilidad gubernamental.
La principal reseña de la economía cubana recayó en Chepe, un ex preso político que hace informes periódicos sobre el impacto de las reformas de Castro.
La productividad sigue estando estancada, el nuevo espacio que se ha dado a los pequeños negocios privados es demasiado pequeño y abrumado de impuestos, y los problemas laborales están creciendo a medida que los trabajadores se debaten ante los recortes de nóminas y subsidios del gobierno, señaló.
A pesar de los esfuerzos de Castro por aumentar el suministro de alimentos, la producción agrícola disminuyó en los tres primeros meses del presente año, y la isla está importando todavía artículos tropicales tales como yuca y limones. El gobierno sigue controlando los precios y los sistemas de distribución son de una ineficiencia extrema.
La inflación está aumentando, con los precios de los alimentos subiendo el año pasado en un 20 por ciento, y es seguro que aumenten aún más este año luego de que el gobierno impuso tarifas de aduana a los alimentos, comidas y otros artículos traídos por visitantes o enviados del extranjero.
El transporte público en La Habana está en crisis, y la población está disminuyendo y envejeciendo debido al bajo índice de natalidad y el alto índice de emigración. Cuba tiene la población más vieja de América Latina, pues el 18 por ciento de sus habitantes tiene 60 años o más.
En el frente político, dijo Chepe, un creciente número de cubanos se han dado cuenta de que el sistema comunista de Fidel y Raúl Castro “ha fracasado, de que no hay ninguna legitimidad ideológica, de que esto ha sido una estafa, una gran estafa”.
“Las reformas no han dado resultado. Hay demasiadas limitaciones [...] hay un estancamiento enorme en la sociedad”, dijo el economista disidente de La Habana Oscar Espinosa Chepe en un discurso grabado para la sesión inaugural de la reunión anual de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana.
Unos 100 economistas, especialistas en ciencias sociales y otros expertos en Cuba se reunieron en el Hotel Hilton del downtown de Miami para presentar su labor sobre las dificultades políticas que enfrenta Cuba. El tema de este año es: ¿A dónde va Cuba?
La situación de Cuba es “muy delicada y difícil”, dijo Chepe. Entre los problemas que confronta el plan de transferir un alto número de empleados estatales a cuentapropistas, indicó, está la falta de materiales necesarios para operar los negocios, y la competencia que esto crea con el resto de la población que está tratando de hacer sus compras diarias.
Joaquín Pujol, economista retirado del Fondo Monetario Internacional, dijo que muy pocas de las personas que han pasado a las filas de los cuentapropistas estaban trabajando antes realmente para el gobierno. La mayoría, dijo, estaban desempleados, ya trabajaban por cuenta propia por debajo de la mesa, estaban retirados o eran estudiantes.
Vegard Bye, experto en Cuba del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales, dijo que Vietnam, más que China, es el modelo que está siguiendo el gobierno de Castro en su búsqueda de una economía más orientada hacia el mercado, aunque Cuba es única en muchos sentidos.
“Cuba es diferente de todo el mundo”, dijo, y añadió que sería difícil para los líderes cubanos copiar el modelo económico de cualquier otro país durante una transición.
Cuba, por ejemplo, no ha reclutado nuevas generaciones de líderes y gerentes tan bien como China o Vietnam, dijo Bye, y a medida que reforma la economía tiene menos probabilidades de conservar el control político con tanta facilidad como lo ha hecho esas naciones.
Bye señaló que la razón de la reciente visita de Castro a China, Vietnam y Rusia parece ser un esfuerzo por encontrar la manera de implementar e institucionalizar una economía de mercado sin perder el control político.
Dijo que es probable que los oficiales y ex oficiales de las fuerzas armadas cubanas que han tenido vasta experiencia en administrar gran cantidad de empresas estatales tengan una fuerte participación en el futuro económico de la isla.
En esencia, dijo Bye, Cuba enfrenta dos posibles variantes: un cambio estilo Vietnam hacia una economía más orientada hacia el mercado, con espacio para negocios privados de pequeño y mediano tamaño, pero con el gobierno conservando claramente el control político, o la tal vez más probable “transición autoritaria militarizada” en la cual militares tecnócratas asumen el control a través del favoritismo y la corrupción.
“Yo tengo la esperanza de que opten por la variante número uno, pero la tendencia es en gran medida hacia la segunda”, señaló Bye.
Agregó que en las transiciones económicas de Rusia y Europa del Este, tres cuartos de los líderes económicos actuales habían sido líderes del Partido Comunista. En Rusia, en particular, dijo, los antiguos jefes del partido se convirtieron en los dueños de propiedades que antes eran públicas, mientras que en otros países la tendencia ha sido que ellos formen la nueva clase de gerentes.
En Cuba hay una “fuerte tradición de capitalismo a pequeña escala”, dijo Pujol. Pero afirmó: “No hay forma de que la economía cubana pueda recuperarse sin fuertes inversiones extranjeras”.
Varios analistas dijeron que pensaban que la membresía de Cuba en instituciones financieras internacionales podría ayudar en su transición.
“Cuba necesita inversión extranjera directa” y la membresía en instituciones financieras internacionales “es vital para Cuba finalmente”, dijo Richard Feinberg, un profesor de Economía Política Internacional de la Universidad de California, San Diego. Feinberg ha trazado una estrategia para la reconexión de Cuba con instituciones financieras internacionales tales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
“La membresía [en el FMI] no exige que se sea una democracia liberal”, dijo. “Muchos gobiernos extraños y gobiernos renegados están en el FMI y el Banco Mundial”.
Pero un gran problema es que el país tiene que expresar su deseo de entrar en el FMI y hasta el momento Cuba no ha mostrado interés en pedir su entrada tras abandonarlo en 1964, dijo Lorenzo Pérez, quien se retiró del FMI después de una carrera de 30 años. Cuba necesitaría además un patrocinador. Es posible que naciones tales como Brasil y China estén dispuestas a desempeñar ese papel, dijo, aunque a estas alturas puede que tengan que traer a Cuba “gritando y pataleando al FMI”.
Aunque la membresía en el FMI no promovería de inmediato la democracia en Cuba, Pérez dijo que sí podría promover reformas políticas a largo plazo al obligar a Cuba a adoptar una política económica más racional y animar a la transparencia política y la responsabilidad gubernamental.
La principal reseña de la economía cubana recayó en Chepe, un ex preso político que hace informes periódicos sobre el impacto de las reformas de Castro.
La productividad sigue estando estancada, el nuevo espacio que se ha dado a los pequeños negocios privados es demasiado pequeño y abrumado de impuestos, y los problemas laborales están creciendo a medida que los trabajadores se debaten ante los recortes de nóminas y subsidios del gobierno, señaló.
A pesar de los esfuerzos de Castro por aumentar el suministro de alimentos, la producción agrícola disminuyó en los tres primeros meses del presente año, y la isla está importando todavía artículos tropicales tales como yuca y limones. El gobierno sigue controlando los precios y los sistemas de distribución son de una ineficiencia extrema.
La inflación está aumentando, con los precios de los alimentos subiendo el año pasado en un 20 por ciento, y es seguro que aumenten aún más este año luego de que el gobierno impuso tarifas de aduana a los alimentos, comidas y otros artículos traídos por visitantes o enviados del extranjero.
El transporte público en La Habana está en crisis, y la población está disminuyendo y envejeciendo debido al bajo índice de natalidad y el alto índice de emigración. Cuba tiene la población más vieja de América Latina, pues el 18 por ciento de sus habitantes tiene 60 años o más.
En el frente político, dijo Chepe, un creciente número de cubanos se han dado cuenta de que el sistema comunista de Fidel y Raúl Castro “ha fracasado, de que no hay ninguna legitimidad ideológica, de que esto ha sido una estafa, una gran estafa”.
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