08 agosto, 2012

¿Sabe decir ‘sí’ la generación del ‘no’?


¿Sabe decir ‘sí’ la generación del ‘no’?

Carlos Puig

El nuevo PRI que seguramente nos gobernará los próximos seis años ha tomado una decisión: sus rostros, sus operadores, sus piezas en la complicada negociación legislativa serán dos viejos lobos de mar.
 
Decirle experimentado a Emilio Gamboa, que encabezará a los senadores del tricolor, queda corto. Gamboa ya había dirigido el Instituto Mexicano del Seguro Social antes de que naciera mi hijo que hoy está en la universidad.



Dos años más joven que Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, ex gobernador de Sonora, ex subsecretario de Gobernación, ex presidente del Senado y de la Cámara de Diputados, regresa ahora, a los sesenta años de edad, a San Lázaro a liderar la bancada más numerosa. La del PRI.


Nos son los priistas los únicos que han apostado a la “experiencia”. Candidato favorito de muchos para coordinar a los panistas es José González Morfín. Sí, el mismo que ya coordinó a los panistas en la Cámara alta y que tuvo como contraparte a Beltrones.


En el Senado, nadie se extrañaría si otro novato, Alejandro Encinas, queda como coordinador de los perredistas. Ya estuvo al frente de los suyos en la Cámara de Diputados. Encinas ha sido diputado a mediados de los ochenta, a principios de los noventa y en la última legislatura; además por supuesto de jefe de Gobierno del Distrito Federal y candidato a gobernador del Estado de México.


¿Cuánto ha cambiado Pablo Escudero, del Verde, entre la Cámara de Diputados y la de Senadores? ¿O Dolores Padierna?


Para un país que no tiene reelección es impresionante el número de personajes que circulan de una cámara a otra. Nada de esto estaría mal de por sí. Ni es intrínsecamente malo que los personajes citados como ejemplo en los párrafos anteriores repitan.


La pregunta es si las mismas personas pueden actuar de manera muy diferente.


No anda el país para seguir perdiendo el tiempo. La situación europea y los pronósticos de un año complicadísimo para la economía estadunidense, la crisis de inseguridad y muerte que no cesa, necesitarían de acciones decididas desde el Legislativo y el Ejecutivo.


¿Podrá cambiar de hábitos la generación de fracaso? ¿Qué ha sucedido para creer que serán diferentes?


Y sobre todo, ¿qué no hay otros?


No comparto esta idea de que vendrá ahora la restauración; yo nunca he dejado de ver a los mismos.

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