En junio de 2010, varios servicios de seguridad informática ubicaron la presencia de un código malicioso en el ciberespacio, el gusano 'Stuxnet', que tenía el objetivo de atacar las instalaciones nucleares iraníes en Natanz.
El gusano fue ubicado como un programa muy sofisticado, diseñado para penetrar y establecer control sobre los sistemas en forma remota, de manera prácticamente autónoma.
En su grado de infección más alta, logró capturar más 60 mil computadoras, más de la mitad de los equipos eran de Irán, seguido por los dispositivos infectados en India, Indonesia, China, Corea, Estados Unidos y el Reino Unido entre otras naciones.
Para Rafal Rohozinski, CEO de la fundación canadiense SecDev,(documento está disponible en www.tandfonline.com) Stuxnet marca un punto clave dentro de la evolución de la seguridad informática, al ubicarlo como una muestra de lo que se podía generar en una ciberguerra.
Aunque la posibilidad que alguno de los países de América Latina enfrente algún tipo de ciberguerra, pareciera utópica o lejana, es en realidad una estrategia de bajo impacto, que lleva tiempo gestándose en nuestras economías.
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No con el objetivo de tomar plantas nucleares o paralizar ciudades, sino como un medio incrementar el tráfico de drogas, crecer la influenza de los carteles en otras naciones, lavar dinero; establecer alianzas con otros grupos del crimen organizado, seguir a los grupos rivales y amenazar a la población civil, entre otros aspectos, señalan SecDev y el Instituto Igarapé de Brasil, en el documento "A fine balance: Mapping cyber (in) security in Latin America".
En el reporte, los especialistas en seguridad indican que la red se ha colocado como una
Que las ganancias del narcotráfico se están lavando a través de Internet por medio de la adquisición de bienes y servicios, y la transferencia de dinero en efectivo.
Destaca que los principales carteles en Colombia y México se están movilizando en la red para intimidar, tener control sobre algunos territorios e incrementar sus rentabilidades ilícitas.
"El dominio digital, les permite crecer su influenza y multiplicar sus redes de distribución, en algunos casos públicamente desafiando a las autoridades municipales, como se ha demostrado en Ciudad Juárez y Medellín", cita.En tanto que las tradicionales pandillas callejeras de Centro y Sudamérica (en ocasiones en colusión con los grupos de Estados Unidos) están migrando al mundo en línea, para la conformación de las llamadas pandillas de tercera generación, que alcanzan niveles de influenza trasnacional, las cuales operan desde California y Sinaloa a Tegucigalpa y Medellín.
A pesar de ello, el documento destaca que los gobiernos de Centro y Sudamérica se han enfocados más en el combate de las prácticas criminales más relacionadas con el robo contra la banca electrónica, blanqueado de dinero, pornografía infantil, tráfico de personas y el hacktivismo.
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