Internacional
El presidente mexicano reconoce que en ese combate se han cometido «abusos», pero han sido la «excepción»
El presidente de México, Felipe Calderón, reclamó a los ciudadanos apoyar a su sucesor, Enrique Peña Nieto,
y pidió al próximo Gobierno continuar con el férreo combate al crimen
organizado, que ha provocado un «daño incalculable» al país.
Calderón
pidió a «todos los mexicanos, por encima de cualquier diferencia»,
apoyar en lo «esencial» a Peña Nieto, del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), quien el 1 de diciembre asumirá la Jefatura de Estado, a pesar de que la izquierda no reconoce su triunfo.
«Sé
muy bien que un presidente necesita la colaboración de todos para sacar
a México adelante», comentó al finalizar la presentación de su sexto y último informe de Gobierno en una ceremonia celebrada en Palacio Nacional, en el centro de la capital mexicana.
El
mandatario, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), al hacer
balance de sus seis años de administración, destacó sus logros en
materia de seguridad, economía, salud, educación, medio ambiente, entre
otros, pero reconoció que el reto «más desafiante» y «difícil» que
enfrentó en su gestión, que arrancó el 1 de diciembre de 2006, fue «el
embate de la criminalidad».
«Tomará
varios años ver plenamente el fruto de nuestros esfuerzos», admitió el
gobernante mexicano, quien recordó que en 2006, cuando tomó la decisión
«trascendente de enfrentar de manera contundente a la criminalidad»,
empezó el largo camino hacia un país seguro.
Dicha decisión, que implicó el despliegue de miles de militares
y policías federales en las zonas más conflictivas del país «sin
coartar las libertades y derechos» de los ciudadanos, impidió que «los
delincuentes tomaran el control del Estado», apuntó.
«Durante
muchos años, mientras el crimen se fortalecía, el Estado se
debilitaba», dijo Calderón, quien aseguró que gracias a su estrategia
«integral» de seguridad se logró revertir esa tendencia sin recurrir
nunca al estado de excepción.
Sin
embargo, exhortó a Peña Nieto a continuar la batalla porque las
organizaciones criminales libran «una de las más cruentas luchas de las
que se tenga registro» en el país.
Admitió
que en el marco del combate al crimen organizado se han «cometido
errores», como «abusos» perpetrados por algunos soldados, pero que «han
sido la excepción, no la regla», y en todos los casos se «ha actuado
contra los responsables».
Más de 50.000 muertos
En
un discurso con poca autocrítica, Calderón también destacó la reforma
en materia de justicia penal, el avance en el control de confianza de
las corporaciones policíacas, el fortalecimiento de las instituciones de
seguridad y la creación de procuraduría para la atención de las
víctimas de la violencia.
La
ola de violencia, que Calderón atribuyó a la expansión territorial de
los carteles de las drogas y al flujo de armas desde Estados Unidos, ha
causado unas 50.000 muertes desde diciembre de 2006, aunque organizaciones civiles elevan la cifra a 70.000.
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