03 septiembre, 2012

Colombia, entre el temor y la esperanza

Marcos Suárez Sipmann


La imagen del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha caído al nivel más bajo en dos años de gestión. Las razones: aumento de los ataques de la guerrilla, crisis del sistema de salud y desaceleración económica.
Se han iniciado contactos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Es la primera vez en más de una década que el Gobierno colombiano se sienta a dialogar abierta y formalmente con las FARC. Las conversaciones se enmarcan en tres principios rectores: aprender de los errores, mantener las operaciones y presencia militar sobre el territorio y conseguir el fin del conflicto. Sin embargo, Santos aún no ha confirmado la existencia de un acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla para iniciar un diálogo de paz el próximo 5 de octubre en Oslo. Se espera a que las FARC den muestras de su "buena voluntad".

La crisis del sector salud venía anunciándose desde 2009, pero este año las gigantescas deudas amenazan un inminente colapso de la red hospitalaria.
La economía ralentizó su expansión a un 4,7% en el primer trimestre, frente al 5% en el mismo periodo del 2011. Se moderan las estimaciones de crecimiento para el 2012 al 4,8%. El Banco de la República reduce la tasa de interés hasta el 4,75% debido a su temor ante cómo la desaceleración mundial -en especial los problemas que padece Europa- afectarán a Colombia.
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la pobreza afecta sobre todo a la minoría aborigen. La población indígena representa el 3,3% de los 46 millones de colombianos. A la pobreza hay que sumar el conflicto armado, el desplazamiento forzado, la colonización, los megaproyectos, las actividades mineras -legales e ilegales-, las explotaciones de hidrocarburos, el narcotráfico y la tala de bosques. Ante frustrados acercamientos entre los aborígenes y miembros del Gobierno, el presidente promete atender sus demandas y ha pedido perdón por los daños que les causa la guerra.
Pasado el ecuador del mandato presidencial, se inicia la segunda etapa considerada la fase de consolidación de las grandes obras y proyectos emprendidas. En una remodelación del Gabinete, Santos nombró a Mauricio Cárdenas Santamaría, hasta ahora al frente de la cartera de Minas y Energía, ministro de Hacienda y Crédito Público. Cárdenas "recibe una economía en buenas condiciones", con lo que se alude a los positivos indicadores como son el equilibrio fiscal, el aumento de la inversión extranjera y la reducción de la inflación.
Acto seguido, Santos aceptó la dimisión del ministro de Transporte, Miguel Peñalosa, investigado por supuestos contratos irregulares de una empresa de su familia con entidades estatales. En 2013 el Gobierno abrirá procesos de licitación para obras de infraestructuras por unos 17.500 millones de euros. Se trata de un paquete de licitaciones sin precedentes que muestra el carácter prioritario de esta materia. La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), adscrita al Ministerio de Transporte, se creó por decreto en noviembre de 2011 a tal efecto. Los objetivos de la ANI de cara a 2014 son acelerar el desarrollo de la infraestructura hasta alcanzar el 3 por ciento del PIB (unos 7.200 millones de euros). Muchos de los proyectos se pondrán en marcha a partir de alianzas público-privadas sin comprometer las finanzas públicas, ya que el Congreso aprobó una ley que permite este tipo de participación económica. Conviene resaltar en este contexto de oportunidades que uno de los nuevos centros de negocio que el ICEX ha puesto a disposición de las empresas españolas tiene su sede en Bogotá.
En los próximos meses Santos anunciará si aspira a la reelección en 2014. Dependerá de los acuerdos que logre con la coalición gobernante. La reelección fue introducida durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), tras modificar la Constitución. El expresidente se encuentra una vez más en el centro de la polémica tras la confesión de su exjefe de seguridad en Estados Unidos de haberse aliado con paramilitares de extrema derecha.
Los ministros de Defensa, Juan Carlos Pinzón, y de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín han sido ratificados en sus cargos. Sobre la gestión de Pinzón, Santos afirmó que "los resultados son evidentes, pero sabemos que hay problemas que estamos rectificando", en respuesta a las críticas a la política de defensa por el aparente deterioro de la seguridad en diferentes zonas del país.
En cuanto a la canciller destacó la "transformación de 180 grados que ha tenido la política exterior", en referencia al restablecimiento de las relaciones con Venezuela y Ecuador, que durante el pasado Gobierno atravesaron por sendas crisis diplomáticas y comerciales.
Se ha impulsado el Arco del Pacífico, que comprende México, Colombia, Perú y Chile. Si bien su propósito político es aún frágil, en lo económico se orienta a la zona más dinámica del mundo. De ningún modo ha de crearse una imagen obstruccionista frente al Mercosur. Es bueno para Iberoamérica que Colombia diversifique su política exterior impulsando la cooperación e integración regionales.

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