05 septiembre, 2012

Giuseppe, Adriana y Mónica

Martín Moreno

Niño de 11 años de edad secuestrado y asesinado. Sus padres —bajo amenazas de muerte por parte de la familia de los plagiarios— piden apoyo al alcalde de Atizapán de Zaragoza, el priista David Castañeda. “Si quieren protección, pues deberán pagar”, fue la respuesta.
Estudiante destacada de la UNAM secuestrada y muerta. A dos años de su desaparición, su caso no avanza. Estancado. La respuesta oficial abate al más paciente: aún estamos investigando.
Otra estudiante tiene ocho años de haber sido plagiada y, hasta hoy, se ignora su paradero. Su secuestrador está a punto de ser trasladado a las Islas Marías. En días, el padre de la secuestrada tendrá que resignarse a jamás saber qué le ocurrió a su hija.
Mexicanos agraviados.


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El 24 de agosto de 2010, Giuseppe Marín, de apenas 11 años, fue raptado por los hermanos Omar Alí (21) y Arturo Rayas Becerra (23), “amigos” de la familia Marín.
El padre de Giuseppe conocía a los secuestradores de su hijo… ¡desde que éstos tenían cinco años de edad! (un alto porcentaje de plagios los realizan o parientes o cercanos al entorno familiar). El enemigo en casa. Mucho cuidado.
Marín fue uno de los trabajadores liquidados por la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Le dieron 800 mil pesos. Era compañero de trabajo de Arturo Rayas Luna —padre de Omar Alí y de Arturo—, también empleado de LyFC. Más que eso: eran amigos. ¿Cuánto le pidieron a José Luis de rescate por su hijo? Sí: 800 mil pesos.
José Luis dio aviso a la Policía Ministerial del Estado de México —los hechos ocurrieron en Atizapán de Zaragoza—. Los agentes detuvieron a Omar Alí en el momento en el que recogía el dinero.
A pesar de que José Luis Marín pagó el rescate, su hijo ya había sido asesinado. ¿Por qué? Por la misma razón por la que algunos plagiarios deciden acabar con sus rehenes: porque su víctima los reconoció.
Después de haber perdido a Giuseppe, José Luis se encontró con un político que da vergüenza: el presidente municipal de Atizapán de Zaragoza, David Castañeda Delgado.
Cuando José Luis y su familia eran amenazados de muerte —¡aun siendo las víctimas!— pidieron ayuda a Castañeda, quien les solicitó dinero a cambio de protección. Si quieren seguridad, deberán pagar, fue la respuesta, de acuerdo a lo señalado por Marín.
En otra ocasión, cuando José Luis iba a participar en una marcha para protestar por el secuestro y asesinato de su hijo, el alcalde Castañeda le llamó y le dijo: Te voy a dar un nuevo trabajo… siempre y cuando no vayas a esa marcha. Chantaje ofensivo. Agravio inaceptable.
Entre septiembre y octubre se espera que los hermanos Rayas Becerra sean sentenciados. El caso está en manos del juez Eduardo Peyrefitte, de quien se dicen cosas positivas. Ojalá no ofenda la memoria del pequeño Giuseppe.
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Adriana Morlett cumplirá también dos años de haber desaparecido cerca del Metro Universidad, en el DF. Brillante estudiante —9.5 de promedio— de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, donde a su padre, Javier, en ningún momento se le apoyó debidamente. Indolencia puma.
Mauro Alberto Rodríguez, “amigo” de Adriana, fue el último que la vio. Poco o nada ha colaborado en las investigaciones. Su silencio es sospechoso.
A casi dos años de aquel fatídico 6 de septiembre de 2010, el caso está estancado. Ni la PGJDF, primero, ni la SIEDO, después, han avanzado.
El recuerdo de Adriana duele cada vez más. Sus restos fueron encontrados en diciembre pasado, en el Ajusco. Pero duele igualmente la negligencia de las policías. Su indolencia. Su inhumanidad.
La pregunta sigue siendo: ¿quién mató a Adriana Morlett?
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La desaparición de otra estudiante de la FES Iztacala, Mónica Alejandrina Ramírez, quien en diciembre de 2004 tenía 18 años de edad, ha conmovido por la lucha que su padre, Manuel —como José Luis Marín y Javier Morlett—, ha librado para obtener justicia.
Hoy, el jefe de la banda, Marlon Gaona —que operaba, hasta hace días, secuestros desde prisión—, está muy cerca de ser trasladado a las Islas Marías. Que se lo lleven al infierno si quieren.
Pero antes, que diga dónde está Mónica Alejandrina. La PGJDF está obligada a que, antes de ser trasladado, Gaona confiese qué hizo con Mónica.
Es por ley. Por derecho. Y por humanidad con don Manuel.
ARCHIVO CONFIDENCIAL
CASO MARTÍ. Detienen a Luis Manuel Castillo, operador del secuestro de Fernando Martí e integrante de Los Petriciolet. Tanto el jefe de la banda, Abel Silva Petriciolet, y La Güera, María Elena Ontiveros, están confesos de haber participado en este plagio y declaran que Lorena González Hernández nada tuvo que ver. Sin embargo, Lorena —inocente presa por este caso— continúa en la cárcel. ¿Hasta cuándo se le hará justicia?

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