José Luis De Haro | Tampa (Florida)
Mitt Romney, el candidato republicano a la Casa Blanca.
Desde que el guardián del banco central estadounidense optase por la compra de activos y bonos del Tesoro como fórmula para reactivar la maltrecha economía del país, el partido de la oposición en EEUU ha alegado que su estrategia no hará más que debilitar el dólar y fomentar la inflación.
De hecho, Romney, el encargado de plantar cara al presidente Barack Obama en las elecciones del próximo 6 de noviembre, ha dejado claro que, entre sus planes nada más llegar a la Casa Blanca, estaría no volver a nominar a Bernanke para un próximo mandato al frente de la Fed. "Me gustaría seleccionar a un nuevo candidato, alguien que comparta mis puntos de vista sobre la economía y que sepa lo que es necesario para la economía de EEUU", dijo Romney durante una entrevista con Bloomberg.
Con estas declaraciones, el ex gobernador de Massachusetts y fundador de la firma de capital de riesgo Bain Capital volvió a reiterar su intención de acabar con el reinado de Ben Bernanke en el seno de la Reserva Federal, un periplo que comenzó tras la nominación del expresidente George Bush y que continuó tras el voto de confianza depositado por el actual inquilino de la Casa Blanca, Barack Obama. Sin embargo, el segundo mandato de Bernanke culmina en enero de 2014.
Los tres mosqueteros
Es por ello que la quiniela de posibles candidatos ya circula por la trastienda del equipo de campaña del candidato republicano. Y aunque Romney ha reconocido en distintas entrevistas que todavía no tiene a nadie concreto en su mente, lo cierto es que ya existen tres nombres que podrían cambiar el destino de la política monetaria de la primera economía del mundo.Entre ellos se encuentra Gleen Hubbard, el decano de la escuela de negocios de la Universidad de Columbia y el principal consejero económico del exgobernador de Massachusetts.
La posible elección de Hubbard para capitanear la Reserva Federal no estaría exenta de polémica. Al fin y al cabo, el decano de la Universidad de Columbia es íntimo de Bernanke, al que conoce prácticamente desde que eran niños y al que califica como un "tecnócrata modelo". Tampoco debemos olvidar que Hubbard, quien presidio el Consejo Económico del expresidente George Bush entre 2001 y 2003, fue uno de los principales adversarios de Bernanke antes de que este fuera elegido como sucesor de Alan Greenspan.
Douglas Holtz-Eakin, exdirector de la Oficina Presupuestaria del Congreso, reconoció a Fox Business que "Glenn es un experto en los mercados monetarios y de capital, es un economista de primera clase y es un buen comunicador y administrador". Para otros expertos, Hubbard sería un halcón moderado ligeramente inclinado a mantener una política monetaria dura y no agradaría a los republicanos más conservadores que abogan por un retorno al patrón oro.
Al otro lado de la balanza, pero también incluido en la quiniela, se encuentra Greg Mankiw, economista de la Universidad de Harvard. De todos los posibles candidatos que circulan en estos momentos por la mente de Romney, Mankiw, quien sucedió a Hubbard al frente del Consejo Económico de la Casa Blanca, podría definirse como el más laxo en lo que a política monetaria se refiere.
De hecho apoya que la Fed incremente su objetivo de inflación del 2% pero de forma nivelada. Es decir, que si un año la inflación se mueve por debajo de dichos niveles al año siguiente se debería permitir que el nivel límite fuera mayor. También apoya imponer un objetivo nominal de PIB como referencia, algo que permitiría incrementar el límite de inflación establecido por la Fed en caso que el crecimiento sufra.
El tercer mosquetero que podría arrebatar el trono a Bernanke es John Taylor, profesor de Stanford y subsecretario del Tesoro bajo la Administración Bush. Taylor es conocido por la regla que lleva su apellido y que recomienda que la Fed debería establecer su política monetaria teniendo en cuenta una fórmula simple que sólo tenga en cuenta el crecimiento y el nivel de inflación.
El profesor de Stanford recomienda mantener los tipos bajos pero no en terreno negativo. Taylor se ha manifestado en contra de los estímulos monetarios de la Fed al concluir que las medidas tomadas durante los últimos años minan la credibilidad del banco central estadounidense. De hecho ha acusado a Bernanke de "mantener los tipos bajos por demasiado tiempo" tras la crisis.
Joseph Gagnon, miembro del Insituto Peterson de Economía Internacional, dijo al Washington Post que Hubbard y Mankiw podrían considerarse "palomas dentro del armario" mientras que Taylor "evitaría cualquier tipo de estímulo adicional".
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