09 septiembre, 2012

¿Por qué los científicos se demoran más en hacer sus grandes hallazgos?

Por DAVID WESSEL

La mayoría de las personas cree que los grandes descubrimientos son realizados por las flexibles mentes de los jóvenes. Albert Einstein pronunció la famosa frase: "Una persona que no ha hecho su gran contribución a la ciencia antes de los 30 años no la hará nunca".
Sin embargo, la edad a la que los científicos hacen sus mayores descubrimientos o tienen sus mejores ideas ha ido en aumento desde que Einstein hizo su innovador trabajo en 1905, a los 26 años. La "edad de la invención", como dice el economista Benjamin Jones, de la escuela de negocios Kellogg, va en aumento. Allí radica una amenaza a la prosperidad.
Jones lo sabe porque lo ha contabilizado. Escudriñando las vidas de más de un siglo de ganadores de Premio Nobel, halló que los laureados en química que hicieron su investigación galardonada antes de 1905 completaron su trabajo seminal a una edad promedio de 36 años. Aquellos cuyo trabajo más relevante fue hecho después de 1985, lo hicieron a una edad promedio de 46 años.
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Albert Einstein.
A finales del siglo XIX y principios del XX, 60% de los físicos hicieron su trabajo premiado antes de cumplir 40 años, mientras que al final del siglo XX sólo 19% lo hizo antes de esa edad. Werner Heisenberg ganó el Nobel de física en 1932 por un trabajo sobre mecánica cuántica que hizo a los 24 años. Raymond Davis lo obtuvo en 2002 por realizar experimentos para detectar neutrinos cósmicos que comenzó a los 51 años y terminó a los 80.

La edad promedio a la cual los científicos y grandes inventores que ganaron el Nobel hicieron su obra clave aumentó en cerca de seis años durante el siglo XX, calcula Jones. Lo mismo ocurre con la edad típica a la que los estadounidenses obtienen su primera patente.
La tendencia es clara incluso después de tener en cuenta vidas más largas, lo que significa más científicos de mayor edad. Una razón es que los científicos tienen un comienzo más tardío. A principios del siglo XX, las grandes mentes comenzaban a investigar activamente a los 23 años. Al final de ese siglo, era a los 31. La etapa de estudiante es más prolongada.
Durante los últimos 40 años, según encuestas de la Fundación de Ciencia Nacional de Estados Unidos, la edad a la que se consigue un posgrado de ciencia o ingeniería ha aumentado poco más de dos años, por encima de 31 años.
¿Por qué? La hipótesis de Jones es que se necesita más tiempo para llegar a la etapa de descubrimiento porque simplemente hay más que aprender que antes. Isaac Newton, repitiendo un pensamiento que otros habían expresado, escribió en 1675: "Si he visto más lejos, es porque estoy sentado sobre hombros de gigantes". A lo que Jones añade: "Si uno quiere pararse en los hombros de gigantes, entonces tiene antes que subir por la espalda de esos gigantes. Debido a que el conocimiento se acumula, la subida se vuelve más dura". (De modo que cuando sus hijos se quejan de que tienen mucho más que aprender que cuando usted iba al colegio, tienen razón.)
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Las vidas de Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerberg parecen desafiar la idea de que se ha terminado la era de los jóvenes inventores. Jones tiene una explicación: cuando un campo de conocimiento es nuevo o va en una nueva dirección, los años de escolaridad no importan demasiado. Es en estos momentos cuando las mentes jóvenes producen grandes avances.
La revolución en física de los años 20 ofrece un caso de estudio. A los 21 años, Heisenberg casi reprobó sus exámenes de doctorado debido a que sabía muy poco acerca de electromagnetismo clásico. Eso resultó ser irrelevante para la innovadora tarea que hizo en los siguientes cuatro años. La computadora personal e Internet son casos similares: en su primera fase, no había mucho sobre qué construir, por lo que los avances podían ser logrados por jóvenes.
Sin embargo, la mayor parte de la ciencia no es revolucionaria, sino que se apoya en lo que se ha hecho antes. Tener un comienzo tardío no es un gran problema, siempre y cuando los científicos trabajen productivamente hacia el final de su vida. Pero eso no ha ocurrido. Esa es la amenaza a la prosperidad. "Si la innovación es fundamental para el progreso tecnológico, entonces las fuerzas que reducen la duración de las carreras innovadoras activas reducirán la tasa de progreso tecnológico", razona Jones. Esto es preocupante si los innovadores —pensadores verdaderamente originales— hacen su mejor trabajo cuando son jóvenes.
Jones, que tiene 40 años, no se desespera. La medicina moderna, dice, ha extendido los años de vida, pero no ha extendido los años de mayor capacidad cognitiva. Esto todavía es posible.

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