02 octubre, 2012

El desplome de Colombia llama a la reflexión.

El peligro que corría Colombia como nación estructurada democráticamente, donde se habían ensayado varios métodos para doblegarla, parecía previsible.  Los métodos más virulentos para despojarla de su envestidura democrática, los de la vía armada para asumir el poder, parecían haber fracasado bajo el liderazgo de Alvaro Uribe, que prácticamente neutralizó la guerrilla marxista de las FARC y puso bajo control otros grupos subversivos.
Lamentablemente y como bien reconoce el destacado columnista colombiano, Ricardo Puentes Melo: “ Es que nadie ha pensado ni por un solo momento en que los propósitos de los maleantes comunistas nunca cambian, y que indultarse es apenas una estrategia más para su fin único: La toma del poder”.
Aquí comienza la esencia de este análisis, como las fuerzas malévolas de la izquierda son capaces de desarrollar iniciativas que refuerzan su estrategia para subvertir el poder democrático.  Muchos ingenuos o mal intencionados como el presidente Obama, no consideran un peligro a los que no cuentan con la fuerza militar para imponerse y lograr el poder por la fuerza. Sin considerar esta nueva versión, más inteligente y sofisticada que es la penetración ideológica, donde convierten a la supuesta fuerza enemiga en su propia fuerza.  

El dudoso proceso de paz colombiano

El dudoso proceso de paz colombiano
Por Dr. Darsi Ferret

El anuncio público del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de establecer una mesa de negociaciones con la narco guerrilla de las FARC causa sorpresa, escozor y hasta incertidumbre.  ¿Puede considerarse el fin de la larga guerra en Colombia sin tener en cuenta su sostén financiero y la red mercantil continental, incluidas la transportación y venta de droga, especialmente con destino a los Estados Unidos? ¿Es creíble un arreglo como el que se propone el gobierno colombiano con la guerrilla comunista, limitado a un acuerdo de paz nacional? ¿Qué beneficios pueden aportar al diálogo entre el gobierno y la guerrilla  la participación de Cuba y Venezuela?
Es justo intentar llevar la paz a un país que por demasiado tiempo ha sido azotado por la violencia y el terrorismo de fuerzas subversivas. Más, ¿es posible emprender ese cometido sin tener en cuenta factores externos que quedan fuera del escenario, y también determinan, como el destino de la droga y la fuente que los financia? ¿O la reorganización del tráfico que bandas criminales intentan desplazar a Centroamérica? 

No hay comentarios.: