12 octubre, 2012

Entre lo posible y lo indeseable

José Cárdenas

Al presidente Calderón le urge promulgar la nueva Ley Federal del Trabajo —que no ha sido modificada en 42 años—, aunque la democracia y la transparencia sindical tengan que esperar.
En ese sentido debe entenderse la petición de la secretaria del Trabajo, Rosalinda Vélez, para que los senadores aprueben la iniciativa presidencial tal y como llegó de la Cámara de Diputados… sin cambiarle una coma.


El mensaje de la funcionaria no es para la bancada priista. Tampoco para las izquierdas. Menos va dirigido a los representantes populares del intocable movimiento obrero. Es un llamado de atención para el intenso senador Javier Lozano, quien con su terquedad parece encabezar una lucha de poder al interior del Partido Acción Nacional… su espada desenvainada tiene doble filo.
Pregunta única: ¿acaso lo que fue bueno para los diputados panistas no lo es para sus senadores? Si los panistas —con la suma de los perredistas— logran modificar la minuta aprobada en San Lázaro para agregar el tema de la transparencia y democracia sindical, como insiste el senador Lozano, la iniciativa presidencial corre el riesgo de morir de pulmonía en el congelador legislativo.
No olvidemos que a los amagos del sindicalismo independiente de convocar a un paro nacional para el próximo 20 de noviembre, ahora se suma la amenaza del viejo sindicalismo.
La carta enviada al Senado por el líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, lo dice todo. Si se toca la iniciativa y se incluyen la rendición de cuentas y la democracia sindical, los diputados del PRI se encargarán de bloquear la iniciativa… y entonces, adiós reforma… y adiós aplausos para el Presidente.
Se entiende que a los líderes sindicales en nada beneficia la transparencia en la medida en que ellos son amos y señores de sus gremios… y disponen de los recursos sindicales como les da la gana.
Además… la transparencia sindical no es petición de los trabajadores en la calle. Tampoco la exigió el PAN durante dos sexenios durante los cuales llenó de dinero las arcas de los sindicatos… por ejemplo el de los maestros, a quienes —en retribución por su apoyo en la controvertida contienda de 2006— entregó media Secretaría de Educación Pública, el ISSSTE, la Lotería Nacional… y hasta un partido político.
La orden superior es contundente: mejor ni moverle.
El presidente Calderón ha elegido entre una reforma posible o un fracaso indeseable. Parece decir: ¿Me estás oyendo, Javier?
MONJE LOCO: Todo indica que el gobernador de Nuevo León ha librado la parte más dura de sus críticos momentos en el poder. En su tercer informe se vio un interesante juego de fuerzas. Miguel Ángel Osorio Chong no viajó a Europa con el Presidente electo. Tenía la obligada representación de Peña Nieto en el informe de Rodrigo Medina. Ahí —se dice en corto— hubo un arreglo salvador. Peña se comprometería a ayudar a Nuevo León financieramente con varias obras —una de ellas el tercer tramo del Metro de la zona Metropolitana— a cambio de la retirada definitiva de don Humberto Medina Ainslie, alias Papito, quien manipula en todos los aspectos a su hijo. Los negocios de alias Papito —como sus condominios nuevos en San Pedro— son materia de escándalo y murmuración por el trato preferente. Osorio Chong habría puesto las cartas sobre la mesa. Apoyo a Medina, sí, pero a cambio de una probada institucionalidad. De lo contrario, el proyecto de la renuncia —cumplida la mitad del sexenio—  podría resucitar… y la senadora Cristina Díaz, convertirse en gobernadora interina. Así, o más clarito.

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