12 octubre, 2012

México: El cartel de “los Zetas” quedó descabezado

México: El cartel de “los Zetas” quedó descabezado – El Colombiano

Heriberto Lazcano fue abatido por la Marina, pero su cuerpo, prueba de su muerte, fue arrebatado al gobierno.
Por la importancia del criminal correspondió al propio presidente de México, Felipe Calderón , confirmarle a su país la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano , alias “el Lazca” o “el Verdugo”, máximo jefe y fundador del cartel de “los Zetas”.
Sin embargo, el gobierno perdió todo dominio sobre el cadáver, toda vez que un comando armado irrumpió en la funeraria y se apoderó del cuerpo, horas después de que expertos en dactiloscopia le tomaran fotografías y confirmaran sus huellas dactilares.


“El Lazca” fue abatido en un intercambio de disparos con la Marina de México en una carretera del estado norteño de Coahuila. En el choque, que se pensó como una escaramuza más de la guerra contra el narcotráfico mexicano, murieron tres personas. Para sorpresa general, uno de ellos era “el Lazca”, una leyenda viva del crimen.
Heriberto Lazcano llegó al mundo el 25 de diciembre de 1974 y antes de cumplir su mayoría de edad se alistó en el ejército, el que abandonó 8 años después para enrolarse en el cartel del Golfo y meses más tarde fundar, con 30 militares más del grupo de élite del Ejército de México, el cartel de “los Zetas.
El remoquete de “el Verdugo” no era gratuito, lo ganó por su brutalidad al momento de ejecutar a sus enemigos o poner orden en sus filas. Dentro de los miles de muertos atribuidos a “los Zetas”, se sospecha que Lazcano participó en varios cientos de esos episodios, entre ellos el crimen, en junio de 2004, de Franciso Ortiz , editor de Información de un diario de Tijuana, quien fue abatido de un disparo al lado de sus dos niños en la puerta de una clínica.
Recompensas
Por Lazcano, Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares, vivo o muerto, recompensa que creció con dos millones de dólares más aportados por el gobierno de México.
Para fortalecer su máquina de muerte, Lazcano nutría sus huestes con exsoldados mexicanos y también guatemaltecos expertos en antiterrorismo y contrainsurgencia, que tienen nombre propio en el cartel: “los kaibiles”.
Dentro del crimen organizado, “los Zetas” alcanzaron niveles de estandarización y profesionalización que los llevaron a convertirse en una máquina del crimen, al estilo “Oficina” con equipos especializados en narcotráfico, robo de hidrocarburos, tráfico de inmigrantes, prostitución, secuestros y aniquilamiento de cualquiera que se les atravesara en su camino en los estados fronterizos de su país con EE.UU.
Su accionar era de “profesionales” a la hora de producir terror. Fueron los primeros en implementar la modalidad de mostrar a sus rivales decapitados y, como los antiguos Aztecas, las cabezas clavadas en picos en espacios públicos; se les señala de la masacre (2010) de 72 inmingrantes, que no quisieron sumarse a sus filas.
Desde 2006, cuando el gobierno de Calderón le declaró la guerra al narcotráfico se habla de 50.000 muertos. Entre los muertos “malos” Lazcano era para el gobierno de Calderón el más importante de todo el sexenio, pero haberse dejado arrebatar el cadáver, prueba irrefutable de su muerte, alimenta toda suerte de dudas en un México acostumbrado a recibir noticias de muertes de criminales que luego aparecen gozando de perfecta salud.

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