16 octubre, 2012

Sólo para iniciados



Jorge Hank al ataque

Sólo para iniciados

Autor: Juan Bustillos

Quizás sea el más impresentable aspirante a candidato, pero no hay duda de que supera a Fernando Castro Trenti en desprestigio, popularidad y recursos económicos

 
Jorge Hank va a meter en líos al PRI con su intención de repetir, en 2013, como candidato a gobernador de Baja California porque su contrincante en la lucha por la postulación será el diputado Fernando Castro Trenti, uno de los personajes más cercanos al coordinador de los tricolores en la Cámara Baja, Manlio Fabio Beltrones.


Hank quizás sea el más impresentable aspirante a candidato, pero no hay duda de que supera a Castro Trenti en desprestigio, popularidad y recursos económicos… y, además, es mexiquense, un valor agregado inestimable en estos tiempos.


Ambos personajes fueron uña y carne; uno, Fernando, siempre subordinado al otro, hasta que rompieron y la ruptura se llevó la amistad que unía al hijo del profesor Carlos Hank con Manlio Fabio.


Castro Trenti fue secretario de Gobierno del presidente municipal de Tijuana y coordinador de su frustrada primera campaña a gobernador. ¿Qué los separó?


Sólo ellos lo saben bien a bien, pero debió ser algo tan profundo que en los funerales de la esposa de Jorge, Fernando llegó hasta donde eran velados los restos de la señora Hank, pero no se acercó al viudo para darle un abrazo y unas palabras de consuelo.


Quizás su asistencia fue protocolaria, representando a la fracción priísta en la Cámara Baja, porque doña María Elvia Anaya falleció siendo diputada electa, aunque no llegó a protestar.


La imagen de Hank ya era pésima por sus extravagancias, más que conocidas cuando soldados se introdujeron, sin orden de cateo, a su casa del hipódromo para aprehenderlo por supuesto acopio de armas.

Recuperó la libertad por la increíble pifia de quien ordenó la ilegal intromisión en su domicilio, pero el hecho dañó aún más, si esto es posible, su imagen en el centro del país y entre el llamado Círculo Rojo, pero, en Baja California, su popularidad se mantuvo intacta y, en las últimas semanas, ha crecido gracias a la buena marcha de su equipo de futbol: Xolos.


Una versión sobre su aprehensión sostiene que el gobierno intentó dañar a Enrique Peña Nieto incidiendo en la elección a gobernador mexiquense; la otra, que fue fraguada por el entonces secretario de Gobernación, Francisco Blake, igualmente bajacaliforniano, que intentó quitarlo de su camino porque también quería ser gobernador. Blake murió al caer el helicóptero que lo trasladaba a Cuernavaca y ya no representa competencia.


En cambio, sí le compite Castro Trenti, una figura indispensable para Beltrones en el Senado y, ahora, en la Cámara de Diputados.


Por cierto, el diputado protagonizó una divertida anécdota en ocasión de una encerrona de la cúpula priísta en Morelia, cuando todos se esforzaban por llevar a Fausto Vallejo a la gubernatura de Michoacán.


A la reunión se presentó el entonces gobernador mexiquense, Peña Nieto, y el senador por Baja California se dio a la tarea de obtener una fotografía que mostrara a sus paisanos los niveles en que se movía, es decir, entre su jefe Beltrones y el cuasi candidato presidencial.


Lo resolvió haciendo gala de sus conocimientos tecnológicos: Se hizo de una fotografía en la que Enrique y Manlio flanqueaban a su colega Francisco Labastida y, simplemente, borró el rostro del ex candidato presidencial y colocó el suyo.


Fernando salió al paso a la carcajada generalizada explicando que no fue responsable del fraude, sino uno de sus ingeniosos colaboradores, que creyó servirlo trucando la fotografía. En realidad, no hay mayor problema, pues la anécdota palidece ante las historias que le cuelgan a su competidor por la candidatura a gobernador de Baja California.


Un problema, en realidad, es que a uno de los aspirantes lo identifican con el Presidente electo y al otro con el coordinador de los diputados priístas.


El otro es ¿con quién gana el PRI?

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