Jose M. Cadenas
Jose Maria Cadenas, a psychologist, is a former dean of the Faculty of Humanities and Education of Venezuela and former Academic Vice-President of the Central University of Venezuela.Full profile
Un Lider Nacio En Venezuela
CARACAS – En el proceso
electoral que concluye con la tercera victoria de Hugo Chávez no ha
estado en juego sólo la presidencia de la república sino también la
confrontación entre dos modelos de vida: uno que ha aspirado al control
de la sociedad y a la imposición de un pensamiento único, y otro
comprometido con la democracia, la justicia social y la libertad. Uno
inspirado en la Cuba de Fidel Castro y otro en la presidente de Brasil,
Dilma Rouseff, y en Luiz Ignácio da Silva, Lula.
Con
este nuevo triunfo de Chávez se consolida el modelo de gobierno
populista en el país. Aun cuando su triunfo es contundente, 54,42 % de
los votos, la diferencia con el candidato opositor, Henrique Capriles,
es mucho menor que la obtenida en el 2006 cuando el presidente ganó su
segundo mandato con el 63 %. En esa oportunidad, quizá embriagado por la
magnitud la cifra, propuso profundizar su revolución mediante la
aplicación de las leyes sobre la organización de la sociedad y de la
economía.
Esas leyes,
aprobadas pero no implementadas totalmente, deberían dar origen a un
nuevo poder comunal, que supone la relación directa de líder y pueblo, y
a la supresión progresiva de la institucionalidad democrática. Mientras
tanto, todos los órganos del poder público del país –todos- le son
obedientes.
Por eso es
significativo que después del triunfo Chávez llamó a la convivencia,
invitó al diálogo, al debate y a trabajar todos juntos por Venezuela, si
bien subrayó que el pueblo había votado por él y por el socialismo.
Felicitó a la oposición por haber aceptado los resultados y se
comprometió a ser mejor presidente de lo que ha sido hasta ahora y a
exigir más eficiencia a sus colaboradores.
Pero
ya ha hecho ofertas similares de trabajo conjunto, así que habrá que
esperar sus nuevos pronunciamientos una vez que haya pasado la euforia
de la victoria.
La
campaña electoral fue memorable. Capriles, un político joven, alcalde
primero, gobernador de un estado después, electo en primarias abiertas,
con la participación de más de tres millones de venezolanos, presentó su
mensaje con energía y creatividad.
En
tres meses visitó y recorrió las calles de más de 300 pueblos, hizo
actos multitudinarios en las 24 capitales de estado, en contraste con la
campaña de Chávez quien estuvo limitado por salud (padece de cáncer).
Las multitudes que asistieron a las concentraciones de Capriles revelan
que logró despertar gran entusiasmo y, sobre todo, que hizo renacer en
el país opositor la esperanza de derrotar a Chávez. Capriles no
consiguió ese objetivo pero emerge como futuro líder indiscutible de la
oposición.
El 44,42 % de
los votos obtenido por Capriles representan la capacidad de resistencia
que la sociedad venezolana ha puesto para detener el proyecto
autoritario y sus atropellos y arbitrariedades contra las
universidades, los medios de comunicación o los trabajadores. Casi la
mitad del país ha expresado su desacuerdo con el modelo que se le quiere
imponer. La conservación de un sistema democrático aunque vulnerado ha
sido posible gracias a esa lucha de la sociedad venezolana que le ha
dado a oposición más de dos millones de votos.
La
Mesa de la Unidad Democrática, constituida por la mayoría de los
partidos venezolanos, ahora tiene que cohesionar a la oposición,
organizar y participar activamente en las elecciones de gobernadores y
alcaldes que deben realizarse en diciembre y ser vanguardia política en
la defensa de la democracia y del estado de derecho. Ahora cuenta con el
liderazgo nacional de Capriles que no tenía en el pasado inmediato.
Existe
interés dentro del país y fuera de él acerca del impacto que podría
tener la ratificación de Chávez sobre su política internacional, una de
sus áreas de mayor activismo. En el plano internacional se consolida la
estrecha alianza con Cuba y con los gobiernos populistas de Bolivia,
Ecuador y Nicaragua: todos ellos –más el de Cristina Kirchner, en la
Argentina- obtienen distintos grados de rédito con la victoria de
Chávez; pero no tan grande como el daño que les hubiera causado una
derrota del presidente.
Venezuela
continuará participando en todas las organizaciones regionales con su
proyecto de integración que excluye a EEUU y Canadá. Es probable que
continúe la tensión en las relaciones con EEUU, aunque el presidente
Chávez declaró recientemente que desearía mejorarlas en el caso de que
Obama confirme un nuevo mandato. Es algo notable para quien ha expulsado
a un embajador de Estados Unidos y ha rechazado a otro.
Si
Chávez ha logrado restablecer las relaciones con la Colombia de Santos,
bien podría intentar hacer lo mismo con EEUU. Pero aunque se empeñara
verdaderamente en eso, nada le garantizaría el logro un objetivo tanto
más difícil.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario