27 noviembre, 2012

El ciudadano Calderón. Martín Moreno

En tres días termina el gobierno de Felipe Calderón. ¿Quién nos gobernó durante seis años? ¿El Presidente que enfrentó de manera adecuada la crisis financiera global más grave de las últimas décadas? ¿El Presidente de la muerte? ¿El Presidente de la salud? ¿El Presidente del desempleo? ¿El Presidente de la estabilidad? ¿El Presidente de Elba Esther Gordillo?
-En ocasiones me siento solo…, ha dicho Calderón en Los Pinos. Cierto: tuvo el gabinete más débil y cuestionado de los últimos sexenios. Habría que agregar entonces: ¿fue el Presidente que gobernó solo?


De Presidente de México a ciudadano no tan común y corriente. El señor Pérez seguirá viajando en Metro y expuesto a la violencia. El señor Calderón será cuidado por el EMP y se trasladará en auto blindado. Muchos lo ubican ya en la Universidad de Harvard. Calderón será, dentro de 72 horas, un ciudadano más.
Pero más allá de odios y querencias, están los datos duros. ¿Qué herencias nos deja Felipe Calderón?
ECONOMÍA. Mientras en España hay profesionistas buscando comida entre los botes de basura y cinco millones están desempleados, en México —aun con sus altos niveles de desempleo— la crisis más grave de la historia reciente se enfrentó de manera pertinente. Un dato alentador cierra el sexenio: en 2012, la economía mexicana crecerá alrededor de 4%, el doble que Brasil.
La crisis inmobiliaria que reventó en EU —el llamado “Efecto Jazz”— convirtió a las economías mundiales en una bomba de tiempo: Grecia en quiebra; Italia en bancarrota; el sistema financiero de Islandia desapareció en unas cuantas horas; España y la debacle; Europa, hoy, al borde del abismo financiero. En México pudo haber sido mucho peor.
A pesar de cómo se enfrentó esta crisis externa —en comparación con los desastres económicos gestados y provocados por el PRI en los gobiernos de López Portillo o en el de Salinas de Gortari, en el que un millón de mexicanos perdieron patrimonios, casas, empresas, autos y bienes—, el gobierno de Calderón deja, empero, pendientes preocupantes:
1) En 2006 había un millón 700 mil desempleados. Hoy tenemos dos millones 437 mil (fuente: INEGI).
2) Con el gobierno de Calderón (incluido el de Vicente Fox), hubo casi cinco millones de pobres más en el país (fuente: Coneval). ¿Son muchos o pocos? Basta un dato comparativo: de diciembre de 1994 al cierre de 1996 —24 meses con Salinas y Zedillo— se generaron 16 millones de pobres adicionales que se sumaron a la pobreza ya registrada en México. Fueron 650 mil pobres más cada mes. Aproximadamente 22 mil 500 diarios. Cerca de mil pobres cada hora y 16 pobres por minuto.
3) Durante los gobiernos panistas, el crecimiento promedio del PIB fue de 0.7% anual (la administración de Calderón tuvo, en descargo, la pesadilla del “Efecto Jazz”).
Calderón ha presumido avances en materia de salud. Las cifras: el porcentaje de personas con acceso a servicios de salud pasó de 41.4% en el año 2000, a 66.8% en 2012. Más de 50 millones cuentan con acceso al Seguro Popular.
La educación es otro pendiente de Calderón. Su alianza con Elba Esther Gordillo sólo abonó a que la dictadora sindical continuara manejando la educación básica con el resultado conocido: estamos entre los peor evaluados por la OCDE.
SEGURIDAD. Entre 60 mil y 80 mil muertos le pesan mucho a Calderón. Cierto: la mayor parte de los caídos eran sicarios o criminales. No hay réquiem para ellos. Pero hay agravios:
1) Mil 500 menores de edad murieron en actos violentos (fuente: UNICEF). ¿Acaso todos esos niños eran sicarios como El Ponchis?
2) Entre 2008 y 2011desaparecieron 14 mil 300 personas en México. Sólo dos mil 400 aparecieron vivas… o muertas (Aurora Vega, Excélsior, 12/XI/2012).
3) 20 mil migrantes secuestrados.
4) 140 mil desplazados.
5) Más de 40 mil huérfanos por la violencia.
6) Tres mil 786 quejas ante la CNDH por cateos ilegales.
7) México es país “no libre” en el indicador de prensa de Freedom House. Setenta periodistas asesinados.
8) El reporte del semanario The Economist es demoledor: NL presenta un número de crímenes similar a Ruanda; Sinaloa, comparado con Madagascar, Chihuahua con Ucrania, Michoacán con Nicaragua, Estado de México con Kazajistán, Zacatecas con Israel. ¡Es la vergüenza!
9) En los últimos diez años, el consumo de drogas entre los mexicanos casi se duplicó (fuente: Encuesta Nacional de Adicciones 2011).
¿Fue la guerra de Calderón? No. Allí están los priistas y sus historias con el narcotráfico: Yarrington y Eugenio Hernández en Tamaulipas; Hernández Deras en Durango; Fidel Herrera y Los Zetas en Veracruz. El Michoacán de Leonel Godoy y La Familia Michoacana. Y la batalla cruenta entre los cárteles.
Se acabó el sexenio.

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