26 noviembre, 2012

¿Por qué es tan alto el nivel de pobreza de los latinos?

Rachel Sheffield



Recientemente se ha informado de que el índice de pobreza entre la población de origen hispano ha alcanzado el 28%.


Esta cifra, basada en una nueva medida de la pobreza de la administración Obama, se debería interpretar con precaución, como se explica en este artículo. Sin embargo, lo que sí resulta problemático es el dato global de que más familias latinoamericanas en Estados Unidos así como familias americanas en general, sufren para alcanzar la autosuficiencia.
Sin embargo, en los informes periodísticos no se menciona al mayor causante de la pobreza infantil de hoy en día en Estados Unidos: los embarazos de madres solteras. Entre los hispanos, las familias cuyos padres no están casados tienen tres veces más probabilidades de ser pobres que las familias con padres casados. Por tanto, resulta trágico que más de la mitad de los niños hispanos que nacen en la actualidad lo hace fuera del matrimonio. Este índice ha aumentado desde menos del 40% en los años noventa hasta más de la mitad (cerca del 53%) en estos momentos.
Rara vez se menciona esta realidad y se hacen pocos intentos por abordar el asunto. En cambio, los partidarios del gobierno omnipresente claman que el antídoto contra la pobreza es un mayor gasto en asistencia social por parte del gobierno.
Desafortunadamente, estos programas no ayudan a la gente a vencer la pobreza. A día de hoy, Estados Unidos gasta casi cinco veces la cantidad de dinero necesaria para sacar de la pobreza a todas las personas que se hallan en esa situación y la asistencia social es la partida que crece más rápido dentro del gasto gubernamental, excediendo incluso al costo del gasto en defensa. Y sin embargo, los índices de pobreza no han descendido.
Aunque la asistencia social puede proporcionar un alivio temporal a aquellos que no tienen otra opción, la inmensa mayoría de los programas de asistencia social están basados en el fomento de la dependencia del gobierno más que en la autoconfianza. Para allanar el camino hacia la posibilidad de escalar socialmente, las iniciativas antipobreza deberían abordar las causas de la misma, tales como la crisis de la familia y no simplemente transferir bienes materiales. Por eso las instituciones de la sociedad civil (religiosas y comunitarias) son más adecuadas para abordar las complejidades de la pobreza, al tener mayor capacidad para llegar a la gente a nivel personal.
La pastora Shirley Holloway, fundadora de House of Help City of Hope, es una líder de base que se ha involucrado en ayudar a quienes necesitan forjar matrimonios prósperos. Holloway trabaja con personas cuyas vidas se han visto perjudicadas por la adicción a las drogas, el alcoholismo y otros problemas parecidos. Su programa ha contado con 100 matrimonios, de los cuales 97 permanecen intactos a día de hoy.
“El éxito viene de una atención continua y consistente en la dirección correcta”, comenta Holloway. “Hay parejas que llegaron sin hogar y ahora son propietarias de una casa”.
Ayudar a las personas pobres (entre la población hispana y la americana en general) significa abordar las complejas causas de la pobreza, estando la crisis del matrimonio y la de la familia las primeras de la lista. Unas normativas que fomenten la fortaleza de la familia y que permitan el funcionamiento de las instituciones de la sociedad civil pueden aumentar las oportunidades de prosperidad de todos los americanos.

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