09 noviembre, 2012

Qué hacer para salir de 'jodidos'

Qué hacer para salir de 'jodidos'

Luis Soto

El expresidente Ernesto Zedillo y el exsecretario de Hacienda José Ángel Gurría vinieron a México, cada quien por su cuenta, para sugerirle, recomendarle, aconsejarle a Enrique Peña Nieto qué es lo que debe de hacer si efectivamente quiere sacar a México de la mediocridad (económica, política, social...) y de la "jodidez" en que sumieron al país las administraciones panistas.

Zedillo insistió en que es urgente concretar las reformas estructurales para que nuestra economía (y la de otros países de América Latina) sean más productivas y algún día se conviertan en países desarrollados.



"Si no las hacemos estaremos en muy serios problemas, porque vamos a mantenernos en tasas de crecimiento francamente insatisfactorias, insuficientes; el reto es dar ese brinco, pero el gran brinco tenemos que darlo con reformas que nos hagan productivos", advirtió el doctor Zedillo.


Pero aclaró que ninguna de las mencionadas reformas funcionará si no contamos con un Estado de derecho. Y explicó:

"Podría hacer una larga lista de los temas estructurales que obstruyen nuestro desarrollo y al final de cuentas tienen que ver con el Estado de derecho; se dice rápido pero no se hace tan fácil, porque supone una construcción institucional, legal y la formación de una cultura de apego al Estado de derecho que desgraciadamente todavía es una tarea en proceso, yo diría en la generalidad de nuestros países." O sea que en esa materia estamos "jodidos", quiso decir "Zedillín".



Tan "jodidos", que estamos lejos de alcanzar la categoría de país desarrollado, dio a entender el expresidente, quien ya encarrerado adelantó que el primero que ingresará a esa "talis" será Chile porque en ese país sí tienen políticas públicas -"no de dientes para afuera"- de tasa interna de retorno, de incentivos a la productividad y a la innovación que le permitirá seguir creciendo a un ritmo tal que en unos cuantos años vamos a verlo en la lista de países desarrollados.

¡Qué te pasa, hijo!, pareció responderle Enrique Peña Nieto, quien participó en el mismo acto al que Guillermo Ortiz Martínez invitó a Ernesto Zedillo. Si México tiene posibilidades de convertirse en una potencia económica, subrayó Peña Nieto, quien delineó varios ejes de política que aplicará en su gobierno para superar el mediocre crecimiento económico, salir de la miseria, combatir la inseguridad, desarrollar la infraestructura.



A ver, a ver, creo que no me entendiste, "Quique", probablemente pensó "Neto". El eje principal para que funcionen todas las cosas bellas que dices que quieres hacer en tu administración, es el Estado de derecho; sin ese eje, pues la carreta no jala.

¿Y por qué hay que hacerle caso a Zedillo?, preguntan los malosos del PRI. Pues porque él sí supo cómo hacerle para rescatar al país de la ruina en que lo dejó el "Orejotas", responden sus seguidores. Pero no sólo por eso, agrega el columnista. Lo que vino a sugerirle Ernesto a Enrique no es nuevo.



Desde el principio de su administración, Zedillo enarboló la bandera del Estado de derecho, y en numerosas ocasiones expresó:


"No dejaré de utilizar todos los recursos legítimos al alcance del gobierno para devolver a los ciudadanos, a las familias y a las empresas la seguridad a la que tienen derecho y la confianza en las instituciones encargadas de aplicar la ley... Los mexicanos queremos y debemos vivir con la certidumbre de que nuestras garantías están protegidas, de que nuestros derechos son respetados, de que nuestras responsabilidades y deberes son siempre cumplidos; queremos y debemos vivir con la confianza de que todos tenemos igual acceso a tribunales imparciales, profesionales y expeditos... y que en toda controversia lo que impere sea exclusivamente la ley, nunca el poder y las influencias."

En 2006, en una visita relámpago a México, el expresidente Zedillo lamentó, casi con lágrimas en los ojos, que Vicente Fox Quesada, a quien le entregó la presidencia en el 2000, no haya tenido la habilidad, capacidad y hasta inteligencia para lograr los acuerdos políticos que hubieran permitido impulsar el desarrollo económico, político y social de este país.



Haber mantenido la estabilidad macroeconómica no es ningún logro, ni sirve para superar el crecimiento económico mediocre que nuestro país ha registrado en estos seis años, quiso decir Zedillo hace seis años. Y de paso les advirtió a los entonces candidatos presidenciales -Madrazo, Calderón y López Obrador- lo siguiente:


"No bastan las buenas intenciones sino las reformas para conseguir lo propuesto." Directo y contundente, prácticamente les dijo no se hagan bolas ni pretendan engañar a la gente con la discusión de quién tiene la mejor plataforma porque ésta no podrá aplicarse mientras no existan acuerdos políticos para fortalecer las instituciones.


"Sugirió entonces que la primera reforma que hay que concertacesionar en el Congreso, gane quien gane, es la del Estado, las demás vendrán solas".


"Nuestro problema es el Estado de derecho, el apego a la legalidad; no protegemos a las personas en su seguridad pero tampoco en su patrimonio. El sistema jurídico tiene una serie de mecanismos que discriminan a la gente", dijo el "Doctor Z" hace seis años.

¡Y vean, vean lo que hicieron los panistas con este hermoso país!, quiso decir Ernesto.


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