Quién está más grave: ¿ Chávez o Venezuela?
Por José Mayora
Desde
el pasado sábado, la prensa escrita y hablada, nacional e internacional no ha
dejado de hablar sobre la salud del presidente Chávez. Estos medios han dado
cuenta de manifestaciones de solidaridad de variados orígenes: oligárquicos,
populares, monárquicos, revolucionarios, terroristas, opositores y
correligionarios.
En el entorno nacional las manifestaciones son diversas. Los escépticos se
sienten contentos con la sinceridad del caudillo, por fin dijo lo que tenía que
decir, para que ya no haya dudas acerca de la enfermedad que lo aqueja. Al
parecer, se despejaron las incertidumbres, ya no hay confusiones en torno a la
enfermedad presidencial. Por supuesto que en el mundo chavista es difícil
esconder la tristeza por la enfermedad del líder o la desazón por una eventual
pérdida del poder. No han faltado voces que justifiquen el silencio palaciego
sobre algo que, al parecer, ya no es ocultable. No obstante lo anterior, el parte médico brilla por su ausencia.
Al
igual que cualquier ser humano, deseo a HCF que se recupere de sus
malestares para que ejerza, para bien o para mal, con todo el vigor de
sus talentos, la función para la cual fue elegido y, por supuesto, para que
responda también por el impacto negativo de las decisiones.
Estoy persuadido que la enfermedad de HCF no es el problema capital de este país. Nuestros problemas superan a la salud de un mandatario excluyente que no gobierna un país sino un proyecto; preocupado por los pasos que deben darse para alcanzar la patria socialista; desentendido de las decisiones que consoliden una democracia orientada hacia las finalidades públicas de toda la población.
¿A quien dirigió el líder la cadena del pasado sábado? Después de regresar intempestivamente al país, no abrir la boca durante casi 24 horas, se dirige a los chavistas para decirles que está enfermo y que por encima de su padecimiento está el proyecto que él dirige, al cual hay que garantizarle continuidad: "opino" que deben elegir a Nicolás Maduro presidente (Mensaje propio de una convención del PSUV reunida en el Poliedro).
Estoy persuadido que la enfermedad de HCF no es el problema capital de este país. Nuestros problemas superan a la salud de un mandatario excluyente que no gobierna un país sino un proyecto; preocupado por los pasos que deben darse para alcanzar la patria socialista; desentendido de las decisiones que consoliden una democracia orientada hacia las finalidades públicas de toda la población.
¿A quien dirigió el líder la cadena del pasado sábado? Después de regresar intempestivamente al país, no abrir la boca durante casi 24 horas, se dirige a los chavistas para decirles que está enfermo y que por encima de su padecimiento está el proyecto que él dirige, al cual hay que garantizarle continuidad: "opino" que deben elegir a Nicolás Maduro presidente (Mensaje propio de una convención del PSUV reunida en el Poliedro).
¿Habló
Chávez de reconciliación nacional? ¿Habló Chávez de la necesidad que tenemos
los venezolanos de unir esfuerzos para lograr un país distinto? No,
para nada, Chávez habló de la patria que supuestamente se ha logrado, de los
argumentos que deben utilizar sus seguidores en las oraciones que eleven por su
salud y, por supuesto, en la unidad que debe reinar dentro de las fuerzas
revolucionarias. Ese texto, mis queridos lectores, no es para la sociedad que
lo adversa políticamente.
Chávez vino de impronta al país a poner orden dentro de sus enconadas filas, conocedor como está de que el único que puede lograr la estabilidad de las fuerzas revolucionarias es él. Está consciente que él es la llave para mantener cierto equilibrio inestable en el país. Ha sido enfático cuando ha dicho que Venezuela se irá al caos sin su presencia, lo cual es cierto pues las fuerzas que se han desatado al interior de los grupos revolucionarios no podrán ser contenidas por un líder distinto a él.
Chávez vino de impronta al país a poner orden dentro de sus enconadas filas, conocedor como está de que el único que puede lograr la estabilidad de las fuerzas revolucionarias es él. Está consciente que él es la llave para mantener cierto equilibrio inestable en el país. Ha sido enfático cuando ha dicho que Venezuela se irá al caos sin su presencia, lo cual es cierto pues las fuerzas que se han desatado al interior de los grupos revolucionarios no podrán ser contenidas por un líder distinto a él.
No
sabemos si Nicolás esta "maduro" para asumir la conducción del
proyecto revolucionario pero, ¿quién asumirá la conducción del país al que
aquejan variadas endemias de evidente gravedad?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario