¡FUERA MÁSCARAS..! EL FRAUDE DE LA EDUCACIÓN PRIVADA.

Por Ricardo Alemán.

Cada vez son más los cuestionamientos y reclamos en torno a la pobre calidad educativa en México. Que si Elba Esther Gordillo tiene a los niños y jóvenes sumidos en la ignorancia, que si los maestros no cumplen con sus horas clases, que si las plazas se regalan o venden al mejor postor y no al más apto, etcétera. 

Sin embargo, pocos han prestado atención a otra arista del mismo problema: la educación privada.

   

Por años, los padres de familia han acudido a instancias privadas en busca de una mejor educación para su hijos. Conscientes de esta situación, no han sido pocos los que ofrecen maravillas educativas a cambio de considerables sumas de dinero. No obstante, tampoco son pocos los pillos que engañan a padres y alumnos, a quienes, pese a las altas colegiaturas, brindan educación de baja calidad.

 

Y para muestra un botón.

Reportes de la SEP dejan ver que el 45.6% de los programas de licenciatura, especialidades, maestrías y doctorados avalados por la secretaría de Educación no cumplen con los estándares de calidad y son más bien fraudes educativos.

Es decir que poco más de 8 mil opciones de estudios de grado y posgrado son una tomada de pelo. O si se quiere, que en las calles hay millares de licenciados, maestros y doctores que pagaron y trabajaron por sus títulos pero que fueron engañados pues los programas que cursaron no cumplían con los mínimos de calidad.

¿Y ahora qué sigue?

¿Qué va a pasar con los millares de graduados y especialistas que detentan títulos sin valor?

¿Acaso habrá un valiente que se de a la tarea de sancionar e incluso cerrar las universidades privadas que ofrecen programas educativos deficientes a cambio de considerables sumas?

Mientras surge este valiente –o valientes– un puñado de universidades patito continúan medrando con las aspiraciones de jóvenes -y no tan jóvenes-, a quienes exprimen el dinero a cambio de ser engañados y recibir una formación educativa de pésima calidad.

¡Chulada..! ¿O no?