03 marzo, 2013

Chávez languidece

Chávez languidece

Ante lo incongruente de las informaciones vertidas sobre la salud de Hugo Chávez y en aras de suministrar una búsqueda veraz y oportuna sobre el tema científico, traemos a nuestros lectores lo expresado por el galeno independiente José Rafael Marquina a los medios privados recientemente. El texto que reproducimos forma parte de una extensión mayor: “En Cuba equivocaron el diagnóstico y el tratamiento de Chávez. Le dieron drogas quimioterapéuticas para un cáncer de colon. El rabdomiosarcoma responde mucho mejor a la radioterapia que a la quimioterapia. A la hora de cambiar el tratamiento hay riesgos de que el tumor mute y se haga resistente. Ese tratamiento inicial no sirvió para nada. Hubo una recurrencia en tiempo récord”, afirma reiteradamente el profesional. Todos los galenos consultados aseveran que el sufrido está en sus últimos momentos.


Miembros del gabinete en declaraciones brindadas hasta en cadena nacional demuestran desacuerdo sobre el estado del barinés. Ello hace crecer la zozobra en la nación como consecuencia de la desaparición del mandatario venezolano. Hoy por hoy, el pueblo en general no sabe si goza de buena salud, está secuestrado vivo o secuestrado muerto. En Maduro, Cabello, Villegas y los Castro nadie cree. Exige el hombre de a pie verlo en el poder o en su defecto seguir el texto legal. Ganar tiempo a costa del dolor del resignado y el desasosiego del parroquiano por intentar andar un plan post mortem que los atornille al mando, merece el más absoluto rechazo de todos.
Cuando leemos al Dr. Marquina expresar que los médicos cubanos comunistas del centro de salud CIMEQ, quienes rinden cuenta directamente a las autoridades del más alto nivel de la isla, se equivocaron en la definición y proceso inicial y que no poseen experiencia sobre tal mal, me asalta la duda.
Entiendo que estos galenos le juren lealtad a los dictadores pero poner al vetusto caribeño por encima del juramento hipocrático es una desvergüenza digna de la más absoluta repulsa.
Entre la primera y segunda intromisión curativa bien han podido consignar las muestras tomadas en el colon y llegarlas a hospitales oncológicos del mundo en países amigos tales como Rusia o China, como al igual Brasil. Sin duda el resultado les hubiese dado una pronta llamada de cuidado alertando sobre la necesidad de enrumbar tal evaluación científica hacia otro lugar de la anatomía.
En el CIMEQ se equivocaron con Chávez pero no con Fidel Castro, ¡qué cosa, verdad!
Nada de extraño sería que en política evaluación consideraron en la sobre salida geografía que este se agotaba como voluntad permanente de recursos y más bien deberían elevar otro nuevo conductor como Maduro o Cabello. Al fin y al cabo de cáncer se muere cualquiera, el correligionario está corporalmente muy comprometido.
Someter a cinco horas de trabajo un ser que viene de una operación de columna, infecciones en los pulmones, operaciones invasivas por continuas horas, traqueotomía para lograr una inmediata y emergente vía de respiración, dolencias producto de la inamovilidad post operatoria y pérdida de la voz, es guiarlo hacia el decaimiento, detrimento de voluntad espiritual y confusión mental, influenciado además por la ingesta medicamentosa aplicada en estos casos.
Bien podrían haber tomado una pequeña parte de esos trescientos minutos y haberlo puesto en contacto visual con el pueblo que lo aúpa. Aun cuando ello no es una píldora química milagrosa, hubiese sido un buen ungüento para el alma atribulada del enfermo. La psiquis requiere también de una dosis de cariño.
A decir de los voceros, el presidente de los venezolanos trabajó arduamente. Me los imagino a estos tratando de sacarles un firma o rabo e cochino, como expresan, a como dé lugar, medio o vivo o casi muerto para salvarlos de las consecuencias que se desprenden de haber usurpado ellos el poder.
Cuando a ningún mandatario amigo le han permitido verlo según afirman públicamente a pesar de las expresiones en contrario del Ministerio de información, el embajador Guillermo Cochez indicar que padece muerte cerebral desde diciembre 30 y no lo desmienten sus familiares; rotativos de EEUU y España exponer la indefensión física del hombre de armas, y médicos especialistas insistir en el avance indetenible del tumor rabdomiosarcoma, son la clarinada de atención para señalarnos que la hora de acciones heroicas ha llegado. Exigir la presencia de Hugo Chávez y el cumplimiento de la Constitución es un deber que incumbimos asumir desde la trinchera que nos toque combatir. Todos a la lucha, no esperemos escuchar al dictador tocar nuestra puerta.

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