12 marzo, 2013

Cien días… ¿y?

Martín Moreno

Cien días… ¿y?
Los 100 días del gobierno de Peña Nieto —se evalúan más por simbolismo político que por logros tangibles—; ni han sido lo eficaces que pregonan sus panegíricos, pero tampoco han decepcionado como lo pronosticaban sus críticos. Simplemente es muy corto el tiempo para determinar, con imparcialidad, la funcionalidad del gobierno peñista.


El Pacto por México. Reformas educativa, laboral,  de telecomunicaciones y seguramente la energética y la fiscal. La aprehensión de Elba Esther Gordillo. Acciones que podríamos calificar como un buen inicio —nada más—, aunque ensombrecidas por una omisión criminal en el discurso oficialista: el ocultamiento de la violencia galopante e inmune, que no se ha detenido ni combatido con estrategia certera.
Aquí lo hemos dicho: se fue Calderón, pero la violencia continúa.
El alcance final de las reformas peñistas aún no se conoce en su justa dimensión. Imposible. Será por ahí del tercer año de gobierno cuando haya una evaluación más precisa, mientras las elecciones intermedias de 2015 serán, políticamente, un referéndum ciudadano ineludible e irrefutable para calificar al gobierno de Peña Nieto.
Se necesitan mil días, y no 100, para evaluar.
Sin embargo, lo que hoy sí se puede comprobar es el altísimo grado de violencia que nada más no cede y que ha entrado en una dinámica de alto riesgo: si el gobierno —y algunos medios alineados por decreto, por gusto o por conveniencia propia— no habla o no informa sobre los actos violentos del crimen organizado, cae en una práctica que al mediano plazo se revertirá peligrosamente, cuando la bala mate al ciudadano y el gobernante esconda la cabeza bajo la tierra.
La violencia —ignorada en el discurso oficial—, está muy viva. Y esa sí puede cuantificarse:
-Durante los tres primeros meses del gobierno de Peña se han registrado tres mil 157 muertes vinculadas con el crimen organizado. Poco más de mil mensuales. Treinta y cinco diarias (Fuente: CNN México con cifras de Segob).
-En la comarca lagunera —Durango y Coahuila— han sido asesinadas 153 personas. Hasta hoy, el Presidente no ha visitado la región.
-Ejecutado el primer periodista del sexenio: Jaime Guadalupe González, director del portal Ojinaga Noticias en Chihuahua. “Probablemente esta sea nuestra última nota”, advierte el sitio. Es el miedo a informar. A escribir.
-Ultiman al primer servidor público del actual gobierno: el secretario de Turismo de Jalisco (PRI), José de Jesús Gallegos. “No fue el crimen organizado”, se apresuró a decir el secretario general de Gobierno, Arturo Zamora. ¿Y? Ese factor no le resta gravedad.
-Durante… ¡tres días consecutivos! atacan el Siglo de Torreón. Tres muertos (civiles y policías). Heridos. Los gobiernos local y federal callan.
-El Zócalo de Coahuila argumenta falta de seguridad y anuncia que ya no publicará noticias sobre crimen organizado. Los gobiernos local y federal en silencio.
-Chihuahua, siempre Chihuahua: comandos atacan a balazos el Diario de Juárez y el Canal 44. No hay detenidos.
-Otra vez el gobierno fallido de César Duarte: el Comité de Madres de Hijas Desaparecidas de Ciudad Juárez reporta la desaparición de 32 mujeres en lo que va del año.
-En feminicidios, Edomex es líder: 20% ocurre en esa entidad (Fabiola Martínez/La Jornada/8/3/2013). Mucho tuit oficial y poca efectividad.
-Tamaulipas: secuestran al consejero electoral Ramiro Garay Medina. No aparece.
-Saltillo: ejecutan a cinco. Cuelgan a tres.
-Nuevo Laredo: asesinan a siete personas. Tres eran civiles.
- Durango: familia de cinco miembros asesinada. Había una niña de nueve años de edad.
-DF: sigue la ola de ejecuciones: cuatro en Gustavo A. Madero y uno más en Coyoacán.
-En Tlalnepantla el reportero Carlos Arteaga, a través de mi noticiario del domingo pasado  (2 a 4 PM por Reporte 98.5 FM) informó que Hugo Cerón y Carolina Sánchez, del negocio de carnitas Hugo, se negaron a pagar “derecho de piso” a criminales. Fueron asesinados.
-Violencia mexicana traspasa fronteras: el gobierno de España pide a sus ciudadanos ya no viajar a Acapulco.
La violencia sí se puede cuantificar, y detrás de ella siguen matando y extorsionando a mexicanos, censurando libertades, aterrorizando.
Y van 100 días.
ARCHIVO CONFIDENCIAL
NAPITO. Héctor Jiménez Coronado, coordinador de la Alianza Minera Nacional —disidente del Sindicato Minero—, acusa a Napoleón Gómez Urrutia —en exilio dorado en Vancouver— de desviar cuotas sindicales por 125 millones de pesos. ¿Hasta cuando se permitirá la impunidad bajo la cual opera Napito? La decisión está del lado del gobierno, vía Secretaría del Trabajo que encabeza Alfonso Navarrete Prida.

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