20 marzo, 2013

Las migajas del Partido Acción Nacional

Leo Zuckermann
El entonces presidente Calderón, lejos de ser un factor de unidad, profundizó las divisiones que hoy son más que evidentes. 
Las migajas del Partido Acción Nacional
“Nuestro mensaje (durante las elecciones) fue débil. Nuestra estrategia fue insuficiente. No fuimos inclusivos”. Estas palabras no son de Gustavo Madero, presidente del PAN, sino de Reince Priebus, dirigente nacional del Partido Republicano de Estados Unidos. Después de perder las elecciones de noviembre, la oposición estadunidense no perdió el tiempo y elaboró, con base en estudios cuantitativos y cualitativos, un diagnóstico de en qué falló el partido y qué debe hacer para ser competitivo en las próximas elecciones presidenciales de 2016. “La manera en que transmitimos nuestros principios no está surtiendo efecto. Los grupos de enfoque nos describieron como una organización de mentalidad cerrada, sin contacto con la gente y, cito, llena de hombres viejos”. Los republicanos, por tanto, van a cortejar a las minorías en Estados Unidos incluyendo a los hispanos. Ahora, a diferencia de hace unos meses, apoyarán una “reforma migratoria amplia”.


Todo partido político necesita un proyecto y un liderazgo que lo encarne. Los republicanos ya están lanzando el primero. Lo segundo, su nueva cara, vendrá después. Si efectivamente aprendieron la lección, tendrá que ser un político más joven que sus últimos liderazgos: George W. Bush, John McCain y Mitt Romney. Pero no es mi intención hablar de los republicanos en esta columna sino del PAN. A diferencia de la principal oposición al presidente Obama en Estados Unidos, aquí estamos viendo que los panistas, lejos de estar entendiendo por qué cayeron al tercer lugar en las elecciones de julio pasado, para luego definir su nuevo proyecto y pasar a elegir a una flamante generación de sus líderes, está en el vergonzoso negocio de las peleas internas del partido para definir quién se queda con sus despojos. En lugar de estar horneando un nuevo pan, están disputándose las migajas.
Resulta penoso verlo desde fuera. El partido que finalmente le ganó al PRI después de siete décadas de estar en el poder, los que gobernaron a México por una docena de años, ahora están hechos añicos. Queda claro que los últimos años se operó mal en el PAN. El entonces presidente Calderón, lejos de ser un factor de unidad, profundizó las divisiones que hoy son más que evidentes.
Hay mucha animadversión entre los calderonistas y anticalderonistas. Mal signo para un partido político cuando la antipatía de sus miembros es mayor con los adversarios de dentro que con los de fuera. ¿Qué les hizo Calderón y su equipo a los panistas que no comulgaron con ellos? ¿Qué hicieron estos grupos para enojar tanto a los calderonistas? ¿Cómo es posible que se odien tanto?
Creo que la reconstrucción del PAN tardará mucho tiempo. Tendrán que pasar muchos años para que nuevas generaciones de panistas, aquellos que no están atravesados por el conflicto entre calderonistas y anticalderonistas, se queden con el partido. Jóvenes que puedan, como los republicanos, aprender de los errores del pasado, presentar un nuevo proyecto de nación y escoger caras frescas como sus candidatos. En el PAN se requieren nuevos panaderos con capacidad de hornear frescas baguettes.
El PAN cuenta con cuadros muy valiosos, pero que hoy se encuentran cegados por la animadversión con otros grupos panistas. Ni siquiera han podido terminar las reuniones de los órganos internos del partido porque ciertas facciones las abandonan y se rompe el quórum. De esta forma, no han podido decidir cuestiones básicas. Mucho menos cuál será su proyecto futuro y quiénes los líderes encargados de presentarlos a la sociedad. Lo dicho: están pelándose por las migajas cuando lo que necesitan es hornear un nuevo pan apetitoso para la sociedad.

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