ALCALDESA VALIENTE... PONE ORDEN A LOS CASINOS DE MONTERREY
Ricardo
Aleman
El capítulo más reciente de
esta historia se comenzó a escribir el 27 de febrero de este año. La alcaldesa
de Monterrey, Margarita Arellanes, coordinó la suspensión provisional de 10
casinos que operaban en su municipio.
Pámanes Ortiz fijó un plazo de
10 días para que los dueños de las casas de apuesta demostraran que operaban
dentro de los márgenes legales y como ninguno de ellos cumplió con su parte del
trato, fueron clausurados definitivamente. Primero nueve y el pasado 23 de
marzo, el Casino 909 completó la decena.
El caso del "909" fue
peculiar pues, en un principio se aseguró que no se trataba de una casa de
apuestas abierta al público. Presuntamente, era algo así como un casino
privado. Sin embargo, luego de casi un mes de consideraciones, se optó por
cerrarlo al igual que los otros nueve.
La decisión del gobierno de
Monterrey es parte de una lucha que inició a finales de enero de 2012. El 31 de
enero del año pasado, el congreso local decidió combatir todos los frentes de
inseguridad pública y entonces prohibieron la construcción de casinos, centros
de apuestas, salas de sorteos y establecimientos similares.
Esto, claro está, luego que el
25 de agosto de 2011, un comando armado incendiara el tristemente célebre
Casino Royale y causara la muerte de 52 personas –entre ellas una embarazada–,
en la capital regiomontana.
Pero el asunto de los casinos
no se limita a Monterrey y tampoco inició hace un par de años.
En realidad, el negocio de los
giros negros arrancó con la prohibición del 24 de junio de 1938, cuando el
entonces presidente, Lázaro Cárdenas, decretó la abolición de los casinos en
México. Para el mandatario se trataba de focos de atracción del vicio y las
mafias.
No fue hasta 1947, que el
presidente Miguel Alemán promulgó la Ley Federal de Juegos y Sorteos. En ella
se establecía que el Ejecutivo Federal podría autorizar las casas de juego a
través de la secretaría de Gobernación.
Y hoy sabemos que algunos –como
Santiago Creel– hicieron el caldo gordo con esta facultad.
Durante mayo de 2005 –a días de
abandonar la Segob para buscar, sin éxito, la candidatura presidencial– Creel
expidió siete nuevos permisos para operar centros de apuestas y casas de juego.
Y eso no es todo, de acuerdo
con investigaciones periodísticas, el presidente Felipe Calderón habría
autorizado la operación de hasta 94 casinos a dos minutos de concluir el
sexenio. Es decir, en los últimos segundos del 30 de noviembre de 2012.
De modo que, del total de las
casas de apuesta y centros de juego, el 40% habrían recibido el permiso para
operar durante los 12 años de gobiernos panistas.
Acaso por eso, la bancada azul
ha sido una de las más activas en la redacción de una reforma a la Ley de
Juegos y Sorteos con tal de regular de manera efectiva esta actividad. Y es que
algunos de sus hombres fuertes –como el antes mencionado Santiago Creel, el hoy
senador Roberto Gil Zuarth y la misma Josefina Vázquez Mota–, han salido mal
parados luego de atravesar el tormentoso escándalo de los casinos.
Por su parte, el gobierno
federal ha realizado algunas suspensiones provisionales y el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, adelantó que habrá "orden
total" en este tema. Osorio aseguró que no taparán nada de información
aunque reconoció que las políticas que avalan la operación de los casinos son
excesivamente amplias.
Sin embargo, al día de hoy,
sólo en Monterrey –gracias a la iniciativa del gobierno local– se han visto
resultados contundentes.
La pregunta obvia es, ¿se
replicará el caso de Monterrey en otras partes del país? Ojalá.
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