por Manuel Coma
El chavismo pesará como una losa sobre el futuro de Venezuela, no ya sus ideas, cuadros y seguidores, sino sobre todo el grotesco, irracional y exaltado fervor de éstos. Su poder corrosivo sobre la sociedad, el estado y la economía no se desvanecerá fácilmente. Sería un indicio esperanzador que la caída de intenciones de voto a favor de Maduro en los últimos días fuese debida a la infranormal historieta de que estando en una capilla apareció un pajarito y dio tres vueltas sobre su cabeza, haciéndole sentir la presencia y unción del líder, por tanto no del todo desaparecido, del cual el candidato no ya a sustituirlo sino a continuarlo aduce su condición filial más allá de su inquebrantable fidelidad. Tal como se presenta, más que hijo parece un clon, con el peligro de que los incondicionales lleguen a descubrir que el proceso de clonación ha resultado fallido.
Figura gris, empezó su campaña semanas antes de que el 5 de marzo
se anunciara la muerte del padre fundador, en previsión del luctuoso
tránsito. La principal cualidad política que se le atribuye es su
capacidad de negociación, que parece haber demostrado manteniendo unido
al frente bolivariano detrás de su persona. La desunión era su mayor
amenaza y lo seguirá siendo en el futuro, especialmente respecto al
ejército, componente esencial del régimen, después de que Chávez lo
depurara de forma adecuada. Maduro es ajeno al mismo y no tiene fácil
mantener sobre él un liderazgo indiscutible. En situaciones como las que
se avecinan, los personalismos y faccionalismos son siempre un peligro,
por más que la unidad sea la mejor garantía de preservación. El
problema es que inexorablemente el pastel a repartir, y los militares
corruptos se han llevado una gran tajada, no es que se vaya a reducir,
sino que ya se ha comprimido notablemente. ¿Cómo se va a mantener la
herencia mítica de Chaves, si sus promesas y supuestas realizaciones de
carácter populista se vienen abajo? La intensa polarización del país,
que con tanto esmero cultivó, es un legado altamente tóxico. La economía
se encuentra en situación insostenible que afecta hasta al
aprovisionamiento alimenticio. Las estanterías de los comercios están
medio vacías. El cambio de la moneda en el mercado negro estaba cuatro
veces por debajo del oficial. Una reciente devaluación del 30% ha
aminorado el desequilibrio, a pesar de todo lo cual, la principal
inquietud de los venezolanos reside en la seguridad pública. 22.000
asesinatos en 2012 es más que los muertos en algunos de los años de la
cruenta guerra de Irak.
La campaña ha sido violenta de palabras y obras. Cuando esto se
escribe no sabemos cómo se habrá desarrollado la votación. Suele decirse
que en Venezuela los abusos electorales se producen antes, no
como fraude en el recuento. No es fácil de creer. Menos todavía si, como
parece, en la recta final los dos competidores están considerablemente
igualados. Pero la ganancia de cualquiera de ellos no es para arrendar.
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