25 abril, 2013

ProMéxico, motor de arranque del crecimiento

Fausto Alzati Araiza

ProMéxico, motor de arranque del crecimiento
Es imperativo hacer de ProMéxico una palanca estratégica de una política industrial que detone el crecimiento económico de México. El motor de arranque de una estrategia exitosa de alto crecimiento, sostenido e incluyente tiene que ser la inyección masiva de volúmenes sin precedente de inversión extranjera directa, portadora de innovaciones y capaz de generar cadenas productivas dinámicamente vinculadas con la economía global.


A una laguna de agua estancada no se le puede dinamizar haciendo olas dentro de ella. Es indispensable inyectarle vigorosas corrientes de agua fresca. Así, a una economía estancada no se le puede mover hacia el crecimiento acelerado y sostenido, sin un incremento dramático en los flujos de inversión extranjera directa, que incorpore innovaciones capaces de incrementar la productividad y volver globalmente competitivas a cadenas productivas enteras. Identificar las fuentes globales de esa inversión innovadora y atraerla a México es la tarea que debe realizar ProMéxico. Para ello, dispone de una amplia red de representaciones a escala global. Aunque en lo inmediato requiere fortalecer sus capacidades analíticas y de interlocución eficaz con los tomadores de decisiones de inversión a escala mundial.
En consecuencia, al decidir el perfil de quién deberá conducir desde ahora a ProMéxico, el presidente Enrique Peña Nieto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo y los miembros de su consejo, en especial don Valentín Díez Morodo y don Gerardo González Candiani, saben que requieren a un promotor con capacidades de análisis económico de primer nivel a escala internacional, con el dominio de varios idiomas, capacidad probada para presentar convincentemente propuestas y proyectos ante los consejos de administración y órganos decisorios de empresas y gobiernos en los cinco continentes, en sinergia con la red de representaciones de la cancillería que con talento conduce el doctor José Antonio Meade Kuribreña y con las representaciones ante los organismos financieros internacionales integradas a la Secretaría de Hacienda que encabeza el doctor Luis Videgaray Caso.
Es indispensable incrementar año con año los flujos de IED y ésta debe traer consigo innovaciones vinculadas a los sectores y regiones globalmente más prometedores y en expansión, en cuanto a la demanda global por sus productos y servicios. No me refiero tan sólo a innovaciones tecnológicas —cuya importancia es innegable— sino también a innovaciones en modelos de negocios, modos de organización empresarial y de ingeniería de procesos, modalidades de financiamiento, mercadeo a escala global, entrenamiento y despliegue del capital humano.
ProMéxico deberá atraer eficazmente las inversiones innovadoras desde donde quiera que se generen. Esto no hará sino amplificar nuestras ventajas comparativas y competitivas a escala global. Sin embargo, a lo largo de un horizonte de dos décadas la estrategia no sólo se plantea como meta central eliminar definitivamente la desocupación masiva, sino volverse autosustentable, generando un amplio y diverso mercado interno, y creando capacidades de innovación suficientes para posicionar a empresas e industrias mexicanas como líderes globales en su esfera de actividad.
Aún en medio de la “crisis” que afecta a la economía mundial, existen industrias, sectores y regiones en franca y acelerada expansión. Son aquellas empresas e industrias que han logrado desarrollar productos y servicios innovadores cuya demanda a escala global crece sin cesar. Como ejemplos notables se puede mencionar a Apple y a Google, aunque hay muchos más ligados a los grandes avances en la economía digital y a la revolución biotecnológica. Convencerlas de venir a producir e innovar en México es la tarea que ProMéxico debe realizar sin demora.

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