La semana de Nicolás Maduro: entre las “narconovelas” capitalistas y el papel higiénico.
Por Antonella S. Marty
¿Cuál es la causa de que sucedan determinados
acontecimientos inexplicables en Venezuela? ¿Cómo interpretamos que a pesar del
precio del petróleo la economía venezolana no demuestra ni una mínima cuota de
crecimiento y posee una deuda pública exorbitante? La respuesta es sencilla
aunque el gobierno haya intentado maquillarla durante tantos años: intervenir y
entrometerse donde no debe.
El Ministro de Comercio, Alejandro
Fleming, expresaba durante la semana que "la revolución traería al país el
equivalente a 50 millones de rollos de papel higiénico (...) para que nuestro
pueblo se tranquilice y comprenda que no debe dejarse manipular por la campaña
mediática de que hay escasez".
Ante el caso del desabastecimiento de
papel higiénico y alimento, hecho verdaderamente insólito en un país que podría
ser una de las primeras economías del mundo si no fuese por la intromisión
constante que ha ejercido el gobierno en cada aspecto de la vida humana,
observamos los absurdos planteos del gobierno: éste último, atribuye la escasez
a planes de la oposición, argumentando que “hace desaparecer productos”, cuando
en realidad tal “desaparición de productos” es una consecuencia de las
políticas de control –tales como el control de precios. Empero, el gobierno del
fraude pasa por alto las secuelas de la expropiación, aquella política chavista
que estatizó más de 1500 empresas –entre ellas, una vasta cantidad de productoras
de alimentos y productos básicos.
Otro de los absurdos anuncios semanales del gobierno venezolano, ha sido
su venidera reunión con los dueños de los canales Televen y Venevisión, la cual
se llevará a cabo el próximo lunes con el motivo de ponerle fin a lo que el
mismo Nicolás Maduro denominó las “narconovelas”:
“Ya basta de narconovelas ¿Verdad? Ya basta de
series televisivas que promueven la drogadicción, el culto a las armas (...);
todas las televisoras de este país tienen que cambiar” y dejar de reproducir
“los antivalores del capitalismo… Yo les voy a proponer a ellos algo: una
televisión muy distinta... ¿Por qué las novelas lo que tienen que promover es la
deslealtad, la traición, el narco, la violencia, la cultura de las armas, la
venganza? Porque es lo que más vende, dicen”.
Así, Nicolás Maduro ha argumentado que
ésta es la forma más efectiva de eliminar la violencia y ha dado a entender que
el capitalismo ha llevado al narcotráfico, a la violencia y a las armas, cuando
en realidad todo esto ha sido el más claro producto del socialismo
revolucionario de Hugo Chávez.
De esta forma, resalta una vez más
aquella demencial característica tan particular del “socialismo del siglo XXI”:
el gran culpable es -nuevamente- el capitalismo. Encontrando aquí a su chivo
expiatorio preferido para cargarlo con la culpa de una de las consecuencias más
duras de la implementación de las políticas chavistas: aquella violencia que
cobró la vida de 21.692 individuos en el año 2012, según el Observatorio
Venezolano de Violencia.
Es por esto que la violencia no
cesará cuando el gobierno comience a regular “qué se debe ver y qué no” en la
televisión venezolana. Aquella idea que el “madurismo” no
parece comprender, es que el capitalismo, a diferencia del socialismo
revolucionario, es un sistema que reconoce los derechos y las libertades
individuales, donde los derechos de propiedad y la libertad económica son
complementos fundamentales para el desarrollo personal y el crecimiento
económico del individuo. Un sistema en el que las relaciones entre individuos
son voluntarias, donde la violencia gobierno-individuo no es reconocida ni
aceptada. Es por esto que el socialismo encubre sus “macabros ideales”, es por
esto que el socialismo necesita de la imposición y la amenaza en conjunto para
lograr imponer sus ideas.
De esta manera, cuando existe necesidad de parte de
algún sujeto o ente estatal para aplicar determinadas medidas –ya sean
políticas o económicas- se olvida que se está negando de fuerte manera algunas
bases esenciales de todo individuo: la libertad y la acción de elegir –aquella
acción a la que tantos gobiernos temen y a la vez intentan suprimir mediante
descabelladas regulaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario