11 junio, 2013

Colombia: La peor política exterior

Colombia: La peor política exterior

Por Juan David Escobar Valencia
El Colombiano, Medellín
“Sólo los tontos tienen muchas amistades. El mayor número de amigos marca el grado máximo en el dinamómetro de la estupidez”. Pío Baroja.

Desde el comienzo de este gobierno, los áulicos de gran parte de los medios de comunicación bogotanos y algunos miembros del ala vergonzante del Partido Liberal, se empeñaron en repetir que “por fin” este país tendría una política exterior de altura, pues el finquero de “provincia” que había osado ocupar el Palacio de Nariño, no tenía el roce social de la alcurnia capitalina, a la que nunca le aceptó invitaciones a sus cocteles en los que todos visten al último grito de la hipocresía y degustan recíprocamente prójimo. 

Decían que el país había quedado “aislado” por culpa del anterior presidente y que restituir las relaciones “con todos”, era la señal que el estilo cundi-británico estaba de regreso.

Lo que nunca se preguntaron fue: ¿Por qué se dañaron las relaciones con los vecinos? ¿Quiénes atentaron contra el país? ¿Qué gobiernos sirvieron y sirven de refugio a los narcotraficantes de la guerrilla?

Les pareció obra de un genio declarar al tirano Hugo Chávez como “nuevo mejor amigo” y entregarle a Walid Makled, enviarle la información de los computadores de “Reyes” a Correa, engavetar el acuerdo de bases aéreas con los EE. UU., negociar a escondidas, en el gobierno de la urna de cristal “ahumado”, con el dictador de la Isla cárcel del Caribe, un acuerdo con sus protegidos y patrocinados.

Convencidos que imitar la “diplomacia pendular” que sustentó parte de la fórmula de “equilibrio de poder” que le permitió a Inglaterra cuando fue imperio que no surgiera desde la Europa continental un poder que amenazara su hegemonía, era propio de alguien estudiado en Londres, “con aroma de café”.

Lo que no pueden entender los cortesanos de Anapoima es que esa es una alternativa viable cuando uno es poderoso y no para países débiles y en formación, y menos aún para quienes anteponen los principios a la conveniencia cercana.

A estos seudobritánicos del altiplano parece que nadie les enseñó que querer quedar bien con todos es el método certero para al final ser odiado por todos. Darles gusto a todos implica, para quien tiene limitados recursos, dar un poco a cada quien, lo que lleva más temprano que tarde a que todos te califiquen de tacaño y sin compromiso.

Y como los hechos son verdades, ahora todos los limosneros de Unasur se sienten indignados. Así paga el diablo a quien bien le sirve.

La política exterior del gobierno es errática, sin rumbo, inconsistente, reactiva, guiada por el hoy sin preocupación por el después, y especialmente, ausente de principios. Sin embargo los aduladores intentan ver en cada una de las metidas de pata del gobierno una enigmática “jugada maestra”. Me recordaban estos despistados la película “Desde el jardín”, donde Peter Sellers representa magistralmente a “Chance”, un jardinero analfabeto, de inteligencia y sentido de la realidad sin retoñar, que se convirtió para los poderosos de turno en un oráculo, al confundir forzadamente su poquedad, fruto de la ignorancia, con la sabiduría de un visionario, y que por ello debía convertirse en presidente.

No hay comentarios.: