Qué bueno que ganó
Maduro y no Capriles las elecciones en Venezuela, porque el chavismo tendrá
que pagar la cuenta de
la borrachera populista,
que ya está en la mesa.
Este lunes se
instaló una prueba piloto en Maracaibo y San Francisco, para racionar la venta
de productos básicos a través de una tarjeta. Como en Cuba.
Sí, Venezuela, el
país que el año pasado vendió 124 mil 500 millones de dólares en petróleo, no tiene leche, ni arroz, ni aceite, ni
harina, ni azúcar, papel de baño, pasta de dientes, entre otros.
En total son 20 los
productos básicos que estarán
sujetos a racionamiento, mediante un carnet que entrará en funcionamiento en todo el país el 10 de junio
de este año.
Con el chavismo
Venezuela dejó de producir,
por lo que debió importar.
Gracias al petróleo, dinero había. Pero no hay fortuna que alcance para
tanto.
Ahora los
venezolanos podrán comprar, por persona, sólo una cantidad limitada de
pañales, toallas sanitarias, harina para sus arepas, papel higiénico.
La crisis le va a estallar a Nicolás Maduro y habrá que ver a quién le echa la culpa.
Por lo visto, se va a ir por el modelo cubano, de dictadura con algunas apariencias de
democracia.
Ante los
señalamientos de que el carnet para comprar productos básicos es una copia de
la cartilla de racionamiento cubana, el secretario general de Gobierno,
Blagdmir Labrador, dijo que “se trata de un sistema que se ha diseñado en el
gobierno”. Eso dice él, pero…
Los cubanos
manejaron los tiempos de agonía y muerte de Hugo Chávez.
Los cubanos operaron
el traspaso de poderes para que el sucesor dentro del chavismo fuera Maduro y
no Cabello.
Y los cubanos han
empezado a manejar la crisis económica que ya vive ese país petrolero.
Por ese camino, la libertad en Venezuela, de por sí acotada,
podría tener los meses contados.
El déficit fiscal de
ese país ronda el 20 por ciento del
PIB, y la deuda externa
es diez veces mayor a la que tenía Venezuela hace apenas nueve años.
La caída en los
ingresos petroleros —porque la producción fue pagada por adelantado por China
y otra parte se va a Cuba, que la revende en el Caricom—, coincide con un
crecimiento de las importaciones de ese país, porque ya no produce.
En total, Venezuela
importa 50 mil millones de dólares al año, mientras en 2003 sólo importaba 13
mil millones de dólares.
A Maduro le
corresponde dar la cara ante la crisis.
Y al mundo
democrático le toca estar vigilante para que en ese extraordinario país no se
instaure una dictadura disfrazada, manejada desde La Habana. |
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